14 de enero de 2025

Radio 26 – Matanzas, Cuba

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«El revolucionario que más hizo en menos tiempo»

Y en la noche mexicana del 10 de enero de 1929, manos armadas al servicio del tirano Machado hirieron de muerte al líder antimperialista que aún no había cumplido los 26 años.

Al igual que José Martí, Nicanor Mac Partland fue el primer cubano de su familia, hijo de extranjeros residentes en la isla caribeña. Y también como el hombre de la rosa blanca, dedicó su vida a la Revolución, a la justicia social.

La pasión por la historia, en particular la romana y sus héroes hicieron que el Mac Partland de apenas 17 años sentenciara, «Me llamaré Julio Antonio; Julio por Julio César y Antonio por Marco Antonio».

Julio Antonio Mella, el joven de imagen seductora, atlético, de seis pies de altura, pelo negro ensortijado y sonrisa bella, vestir elegante y moderno -detalle que debió a la obra del padre: uno de los mejores sastres del período-, fue además el paradigma de los buenos modales, la cortesía y educación que exige cualquier sociedad de su juventud.

Pero sobre todo, Mella fue el líder estudiantil, el luchador antimperialista, el fundador de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU), del Partido Comunista de Cuba, de la Universidad Popular José Martí, de la Liga Antimperialista, defensor a ultranza de la Reforma Universitaria y creador de la revista Alma Máter.

En él se fusionó el hombre de ideas radicales, el marxista y el luchador que desafíó abiertamente la injusticia. De ahí la obsesión de Gerardo Machado, entonces presidente de Cuba, de acabar con esa fuerza arrolladora que tenía por nombre Julio Antonio Mella.

Y así lo manifestó aquella ocasión en que Rubén Martínez Villena lo llamó asno con garras, cuando dijo: «Tiene usted razón joven. Pero a mí no me ponen rabo, ni los estudiantes, ni los obreros, ni los Veteranos, ni los patriotas, … ni Mella. ¡Y lo mato, lo mato!… (¡carajo!)”. 

Y en la noche mexicana del 10 de enero de 1929, manos armadas al servicio del tirano Machado hirieron de muerte al líder antimperialista que aún no había cumplido los 26 años.

«Muero por la Revolución», fueron las últimas palabras de quien un tiempo antes había expresado, y con gran acierto: «Hasta después de muertos somos útiles».

A 95 años del asesinato de Julio Antonio Mella, su figura de talla internacional se multiplica en los universitarios del país que desde la Federación Estudiantil Universitaria mantienen viva la obra del joven que al decir de Fidel, fue el revolucionario que más hizo en menos tiempo.

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