El Trébol respira teatro


Compuesto oficialmente por 18 artistas, entre aficionados y profesionales, la labor en El Trébol se desarrolla en conjunto, todos proponen y trabajan de la mano, a pesar de que los más experimentados ejercen una fuerza mayor en quienes recién se incorporan a estas lides.
Ernesto De La Cal Hoyos, actor del Teatro Icarón y director artístico del Trébol Gitano, relaciona la inserción de nuevos miembros con la idea principal a través de la cual se llevó a cabo la creación del grupo.
“Poco a poco en Matanzas se ha ido perdiendo el teatro para actores principiantes. Personas talentosas no tienen un lugar hacia dónde dirigirse para hacer teatro, no para estudiarlo, sino para ejecutarlo y en el trayecto, aprenderlo”, expone.

Debido a este trébol ambulante, son cada vez más las personalidades de la cultura en la Atenas de Cuba que intervienen en la preparación de los creadores amateur. Las presentaciones, antes de ver la luz para el público, son sometidas a los juicios de expertos en el área, que aconsejan y guían a los pinos nuevos en su afán de concebir un teatro diferente.
Anthony Bernal Ruesca, quien no se considera líder de la agrupación pero sin dudas mantiene una posición influyente dentro del grupo juvenil, interpretando el papel más parecido al de director general, comenta que la cualidad más importante para pertenecer a este club de aficionados es que el individuo en cuestión “desayune, almuerce y coma teatro”. Personas que hagan de este arte una razón preciosa.
Bernal Ruesca comenta que aunque recientemente las presentaciones se encuentran en pausa, los pupilos teatrales ya preparan su versión de una obra bastante peculiar y reconocida, a estrenar en los primeros meses de 2024.
“La Casa de Bernarda Alba es un sueño que teníamos en mente desde hacía bastante tiempo, pero el que no pensábamos poner en marcha, al menos tan rápidamente. Sin embargo, debido a la ausencia de algunos miembros del elenco principal de la agrupación y otros imprevistos, decidimos darle pie.
“En septiembre llevamos a cabo un casting teniendo en cuenta la cantidad de personajes que requiere la obra y sus dobles, por alguna eventualidad. Muchos fueron los jóvenes talentosos que se presentaron, lo que nos demostró aún más las ganas de hacer teatro de las nuevas generaciones yumurinas. El encuentro fue una oportunidad para que aquellos que quisieran, sin limitantes, se acercaran a esta compañía de locos. Jóvenes, sobre todo, con muchas ganas de aprender y con intereses afines a otras manifestaciones artísticas, comenzaron a formar parte del club, que combina todas las capacidades individuales en pos del arte teatral.
“Ahora mismo no disponemos de un local. Gracias a Ediciones Vigía, que es donde pensamos estrenar la obra, ensayamos los miércoles y sábados en un espacio, diferente de nuestros propios hogares”, confirmó.
El Trébol y sus planes son, todos, financiados por jóvenes, personas e instituciones que hacen esfuerzos porque las tablas matanceras, aunque sean itinerantes, no queden vacías. La ganancia espiritual de las artes escénicas constituye un premio más que gratificante.

.Samantha Fierro Rodríguez y Adrián Calderín Lozano, estudiantes de Periodismo