Un bufete de abogados para el M-26-7 (II)
Desafortunadamente, fue la última vez que vimos a “Papito” hasta mucho tiempo después. Con su habilidad para organizar las cosas, Carlos Amat arregló los muebles e inclusive trajo plantas para mejorar el ambiente. Él tomó el gran escritorio para sí y a mí, naturalmente, me tocó el pequeño. “Papito” tenía que viajar enseguida.
Marimón había sido contratado por la Guantánamo Sugar Company y estuvo poco tiempo al inicio. Después, cuando regresó, tampoco pudo ponerse muy al día en los problemas del Bufete, porque pidieron un abogado para una columna, que tuviera menos de 30 años, hombre, y cuando se lo planteamos accedió inmediatamente, sólo dijo que tenía un turno con el dentista y que iría después de la consulta, porque no quería que le diera un dolor de muelas en la Sierra.
Cuando se fue, se veía muy elegante, con su traje blanco de dril 100, aunque cuando regresó después del triunfo, se quejó conmigo que donde lo dejó al subir, no lo había encontrado.
Carlos Amat tenía una tarea muy importante para el Movimiento, dado que trabajaba en la Empresa telefónica y el teléfono era entonces la única comunicación rápida con la capital, rápida para todos, incluido el cuartel Moncada.
Ante la situación que teníamos, mi mayor compromiso laboral era con los acusados, de ahí que iba todas las tardes al Vivac de Santiago de Cuba y algunas veces a la Cárcel de Boniato, aunque entonces Carlos Amat me acompañaba.
Realmente, nunca me interesaron los procesos en los cuales la conclusión eran posibles penas, es más, los detestaba, me interesaban los procesos civiles y toda la experiencia que había adquirido en la Universidad, se concretaba a unos pocos casos; pero asumí como mi mayor prioridad los juicios de Derecho Político, en los cuales conjugaba la experiencia adquirida en las aulas y en mi sistemática asistencia a los Tribunales de Urgencia, así como con la necesaria enseñanza a mis defendidos de los comportamientos que debían asumir durante sus procesos.
Por: Dra Sc. Thalía Fung Riverón, con compilación del Dr.C. Osvaldo Manuel Alvarez Torres.
