De la concepción ética a los sentimientos
Yo soy un hombre sincero
De donde crece la palma
Y antes de morirme quiero
Echar mis versos del alma
Con los pobres de la tierra
Quiero yo mi suerte echar:
El arroyo de la sierra
Me complace más que el mar.
Cultivo una rosa blanca,
En junio como en enero,
Para mi amigo sincero
Que me da su mano franca.
He ahí una breve referencia a los versos cantados por generaciones y generaciones de personas de diversas partes del orbe. Son las composiciones que el propio autor definiera como Versos Sencillos.
Y fue justamente un 13 de diciembre pero de 1860 cuando José Julián Martí y Pérez, su escritor, los leyera por vez primera entre un grupo muy selecto de amigos.
Yo te quiero, verso amigo,
Porque cuando siento el pecho
Ya muy cargado y deshecho,
Parto la carga contigo.
Nacieron de las vivencias personales del niño Pepe, el adolescente observador, el joven de carácter incompatible con lo inhumano, lo arbitrario y tiránico, el hombre de sólidas ideas políticas y habilidades innatas para describir a través de palabras y ritmo, todo su entorno natural y social.
Estructurados en su mayor parte en forma de cuartetas, los Versos Sencillos resultan un perfecto registro autobiográfico de Martí.
Un niño lo vio: tembló
De pasión por lo que gimen:
¡Y al pie del muerto, juró
Lavar con su vida el crimen!
Ya llega la bailarina:
Soberbia y pálida llega:
¿Cómo dicen que es gallega?
Pues dicen mal: es divina
Ella dio al desmemoriado
Una almohadilla de olor:
Él volvió, volvió casado:
Ella se murió de amor.
Estrofas que develan patriotismo e independentismo.
Oculto en mi pecho bravo
La pena que me lo hiere:
El hijo de un pueblo esclavo
Vive por él, calla, y muere.
Rimas que describen la belleza de la naturaleza en los campos de Cuba, símbolos, que repudian y condenan la esclavitud.
Yo sé de un pesar profundo
Entre las penas sin nombres:
¡La esclavitud de los hombres
Es la gran pea del mundo!
Denle a vano el oro tierno
Que ande y brilla en el crisol:
A mí denme el bosque eterno
Cuando rompa en él sol.
Estrofas que enaltecen valores humanos como la amistad, la solidaridad, el amor, el respeto a la mujer y la humildad.
¿De mujer? Pues puede ser
Que mueras de su mordida
Pero no empañes tu vida
Diciendo mal de mujer
Si dicen que del joyero
Tome la joya mejor,
Tomo a un amigo sincero
Y pongo a un lado al amor
Así brotaron de la pluma de Martí, esos versos sencillos para mostrar con formas llanas y sinceras el camino a seguir por los hombres honestos.
Yo quiero cuando me muera,
Sin patria, pero sin amo
Tener en mi tumba un ramo
De rosas y una bandera.
Sencillos por su forma, pero profundos por el contenido: cada uno de los Versos Sencillos de José Martí constituyen un faro que muestra cómo desarrollar la capacidad de transformar el pensamiento y la conducta humana junto al respeto y admiración por la naturaleza y cultura de los pueblos.