Éxitos desde el aprendizaje, el crecimiento y el buen gusto de Las Estaciones (+ multimedia)
El año 2023 llegó aparejado a importantes éxitos para Teatro de Las Estaciones. Durante su más reciente participación en el Festival de Teatro para la Infancia y la Juventud, la cosecha sumó cuatro premios para Flores de Carolina y ajonjolí, de los nueve que en cada edición se otorgan en Santo Domingo, rememoró Rubén Darío Salazar Taquechel, director de la agrupación matancera.
“La presencia de Teatro de Las Estaciones en el Festival Internacional de Teatro para la Infancia y la Juventud que organiza la Fundación de Teatro Cúcara Mácara, en República Dominicana, ha sido constante».
En 2019 el colectivo que dirige el Premio Nacional de Teatro 2020 llevó La niña que riega la albahaca y el príncipe preguntón; en 2020, de manera virtual, presentaron Todo está cantando en la vida, espectáculo dedicado a Teresita Fernández y en el 2022, Una niña con alas.
“Anteriormente nos concedieron el premio al mejor espectáculo infantil a La niña que riega la albahaca… y Una niña con alas. En la más reciente edición fue el Mejor espectáculo infantil, premio a mejor interpretación femenina para Iriscelia Mantilla, mejor guion adaptado y mejor escenografía.
A propósito, la joven actriz confesó que “no me lo esperaba pero es un lauro muy gratificante para mí porque estoy iniciando mi carrera y me siento muy feliz por ello. El público allí es maravilloso. Trabajamos con niños de primera infancia e interactuamos mucho con ellos porque la obra facilita ese intercambio.”
“Fue muy bonito porque tenemos una magnífica relación con el público dominicano, muy parecido al nuestro; hemos conocido a muchos teatristas para niños de allí que también participan; hemos intercambiado muchísimo, Zenén incluso haciendo diseños para Cúcara Mácara, yo haciendo un texto que estrenaron en este Festival. Es una colaboración hermosa a nivel laboral, profesional y afectiva”, agregó Salazar Taquechel.
En el año que recién concluyó se hizo material una condición que desde siempre defiende Teatro de Las Estaciones, con el otorgamiento de la Distinción Maestro de Juventudes a Rubén Darío Salazar y Zenén Calero Medina.
Asimismo, se les reconoció su labor como promotores y en defensa de los derechos culturales de la población. “No hay nada más hermoso que cuidar el patrimonio cultural de una nación. Eso es lo que hemos hecho con los muñecos de los Camejo: Amigo, Alelé, Libélula; no ahora en 2023, llevamos ya un tiempo trabajando en ese sentido.
“La Agencia Cubana de Naciones Unidas, nos premió con su distinción por los 75 años de la ONU, justamente por cuidar, rescatar, promocionar ese patrimonio. Ahora mismo la tropa completa de Pelusín del Monte está en la televisión cubana todos los sábados y los lunes por Cubavisión. Es gratificante poner a dialogar otra vez con los niños a títeres que conformaron la imagen infantil de una nación.
“Realmente es un reconocimiento que nos llenó de satisfacción porque las raíces, la identidad, es algo que nos interesa mucho, sobre todo en tiempos de tanta globalización, de tantos mass media, de tantas redes sociales donde lo que se promociona no es lo nuestro y lo nuestro tiene valor y verdaderamente es algo maravilloso”.
“Cada año que comienza Teatro de Las Estaciones se preocupa por mirar, más allá del trabajo artístico, la parte social, comunitaria, estética, ideológica, política y cultural de lo que hacemos. Nos enfocamos en saber qué está pasando realmente con la infancia, con sus derechos, con la formación de las jóvenes generaciones”.
Su vocación formadora, el respeto hacia las infancias y la reverencia constante al buen gusto desde la ética y la estética, le mereció por décimo séptima ocasión el Premio Villanueva de la Crítica Teatral, el cual avala las calidades artísticas y el compromiso con la excelencia profesional de la agrupación teatral matancera.
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“La primera vez que obtuvimos el Villanueva fue en 1996 con La niña que riega la albahaca y el príncipe preguntón. En 2001 Pelusín y los pájaros, el espectáculo con textos de Dora Alonso, sumó el segundo de estos lauros para la agrupación; le siguieron otros al ballet para muñecos La caja de los juguetes, en 2003, La virgencita de bronce, texto de Norge Espinosa para adultos sobre el original de Cirilo Villaverde, en 2005 y El patico feo, en 2006.
“Otras obras de nuestro repertorio que han merecido el premio han sido Los zapaticos de rosa en 2007, Federico de noche, en 2009, Por el monte carulé en 2010, Canción para estar contigo, con las interpretaciones fabulosas de Bárbara Llanes, en 2011, Alicia en busca del conejo blanco en 2013, Cuento de amor en un barrio barroco, con la intervención de William Vivanco y El irrepresentable paseo de Buster Keaton, para adultos, ambos en 2014.
“Luego llegó para Los dos príncipes, en 2016, Cuatro, un proyecto a dos manos entre el proyecto coreográfico de Yadiel Durán y Las Estaciones, en 2017, Retrato de un niño llamado Pablo en 2018 y Todo está cantando en la vida, el recital de afectos para Teresita Fernández en 2019. Ha sido una trayectoria muy bonita en nuestra relación con la teatrología cubana”.
En esta ocasión el reconocimiento fue para el espectáculo Carnaval, “una obra muy nueva. Se estrenó en julio para la gira internacional por Francia y Suecia, llegamos a Cuba y la presentamos en el Festival de Teatro de La Habana en noviembre y no se ha puesto más en escena.
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“Bastaron entonces unas pocas funciones en La Habana, muchas aquí en Matanzas y las presentaciones durante la gira para tener un espectáculo que no solo disfrutamos, sino que vuelve al trabajo del grupo con obras clásicas de la música, en este caso El carnaval de los animales, de Saint-Saëns, Mendelssohn y su Marcha nupcial, piezas de Schumann y de Gabriel Fauré.
“Es trabajar también desde una perspectiva que enlace todo sin diferencias en lo que hacemos, con el mismo ímpetu, responsabilidad y compromiso que haga que tengamos un año atractivo para nosotros y para el público. “Haremos un acento en la celebración, pero será trabajando igual que es lo que más nos gusta hacer en este mundo. Vivir el año a tope, estar en todo lo que se pueda porque para eso se hace el teatro: para intercambiar, interactuar y dialogar perennemente con nuestros espectadores”.
La sistematicidad y la belleza, la integralidad de cada uno de sus espectáculos, la verdad y autenticidad con que defienden historias y valores sobre el escenario y la capacidad para poner a soñar a padres y chicos desde la originalidad y el buen hacer, convierten a la compañía de Teatro Las Estaciones en una agrupación de vanguardia dentro del arte titiritero en el país y referente a nivel internacional.