Dos momentos históricos del remo matancero

La primera competencia oficial de remo en Cuba tuvo lugar en la playa de Varadero el 31 de julio de 1910. Organizada por el recientemente creado Club Náutico de Varadero, la regata contó con las embarcaciones de seis remos con timonel nombradas Halley, por el cometa que se acercaría a la Tierra el venidero año, y Varadero, por el nombre del balneario. El recorrido por las azules aguas fue a la distancia de mil 200 metros.
El bote de Varadero, integrada por el timonel Leonardo Sorzano y los remeros Mario Verdejar, Maximiliano Smith, Julio Castro, Humberto de Cárdenas, Ismael Verdejar y Alejandro Neyra, ganó con tiempo de siete minutos y 24 segundos.
La tripulación del Halley tenía a Julio Lluriá, en los cordeles, acompañado por los bogueros Raùl Castro, Rafael Reynaldo, Enrique Vila, Miguel Verdejar, Miguel Reynaldo y Pedro Lluriá.
La canoa de Varadero la construyeron en un astillero de la ciudad de Matanzas y la de Halley en el ya conocido taller de Lluriá, en Cárdenas.
El acontecimiento deportivo, del que cumpliremos 115 años, de una simple competencia con dos embarcaciones, adquirió renombre nacional, ya que 29 días después el Vedado Tenis Club compitió contra el titular, Varadero, que repitió el éxito.
La tradición remística de Matanzas no declinó desde aquel inicio, al ganar innumerables eventos para convertirse en la gran plaza de este deporte en Cuba, al extremo de emitirse una resolución firmada por el mandatario de turno, Mario Menocal, para que cada año los clubes o provincias ganadores de la competencia recibieran la Copa Presidente
de la República de manos del jefe de gobierno.
Esa tradición se mantuvo hasta después del triunfo revolucionario del primero de enero de 1959 cuando la entregaron Osvaldo Dorticós y seguidamente, en varias ocasiones, el Comandante en Jefe, Fidel Castro Ruz.
Actualmente estos certámenes de Varadero llevan el nombre de Regatas Nacionales Cuba-26 de Julio, aunque la Copa entregada a los ganadores es la de Presidente de la República.
El otro hecho histórico, escrito por los remeros matanceros del Club Náutico de Varadero, ocurrió en 1956, cuando barrieron en todas las regatas de carácter nacional y en el tope ante México, para ganar el derecho de representar al país en la cita olímpica de Melbourne, Australia, primeros exponentes cubanos de esta disciplina en concursar en una cita de ese tipo.
La Dirección General de Deportes, presidida por Fernández Miranda, cuñado del dictador Fulgencio Batista, no garantizaba los gastos que ocasionarían los competidores del remo durante su estancia en la Isla Continente. Como en ocasiones anteriores la solución fue posible por donaciones de la población, principalmente de Cárdenas, Varadero y Matanzas.
La otra situación difícil era que viajaron sin canoas propias, dado lo costoso de la transportación. Para poder competir alquilaron una en deplorables condiciones y recibieron otra prestada por los organizadores.
Ante tantas dificultades, su rendimiento en los Juegos no estuvo a la altura de la calidad que verdaderamente poseían y no consiguieron incluirse en la etapa final, por lo que regresaron sin medallas.