Una fecha y dos Campeonatos Mundiales para Cuba

El 6 de septiembre cumplirán 47 años dos resultados de gran importancia para el deporte revolucionario cubano y que tuvieron lugar en Europa en dos países diferentes y en disciplinas colectivas distintas como el voleibol y el béisbol.
Aquel sexto día del noveno mes del año 1978 comenzó la hegemonía de nuestras mujeres en el voleibol al imponerse a las hasta entonces imbatibles japonesas, conocidas en el ámbito deportivo como las “Niñas Magas de Oriente”, con fáciles parciales de 15-6, 15-9 y 15-10 en el certamen mundial desarrollado en Leningrado, antigua Unión Soviética.
Desde esa ocasión fueron conocidas como las “Morenas del Caribe”, apelativo colocado al equipo con gran acierto por quien ha sido para muchos el mejor narrador de este deporte en Cuba, el profesor René Navarro Arbelo.
Bajo la dirección técnica del máster Eugenio George, con un esquema táctico 4-2 (cuatro atacantes y dos pasadoras), ese equipo fue el precursor de los grandes resultados del “deporte de la malla alta” para nuestro país que llegó a tener dominio casi absoluto en las dos últimas décadas del siglo XX.
La figura central en aquel sexteto fue Mercedes Pomares, la llamada “Zurda de Oro”, quien finalizó como líder anotadora. Las otras regulares del equipo fueron Mercedes “Mamita” Pérez, Lucila Urgellés, Nelly Barnet, Imilsis Télles y Ana María García, mientras que como jugadoras de cambio estaban Ana Ibis Díaz, la matancera Maura Alfonso, Mavis Guilarte, Libertad González, Sirenia Martínez y Erenia Díaz.
Esa fue la primera de tres coronaciones mundiales, pues después vendrían las conseguidas por una nueva generación de estelares jugadoras en los años de 1994, en Brasil y 1998, en Japón, encabezadas por Mireya Luis, Regla Torres, Regla Bell y Magalys Carvajal, ganadoras además, de tres títulos olímpicos de forma consecutiva en Barcelona 1992, Atlanta 1996 y Sydney 2000; terceras en Atenas 2004 y cuartas en Beijing 2008.
Béisbol campeón mundial
El propio 6 de septiembre de 1978, en Italia, el equipo cubano de béisbol derrotaba al de Estados Unidos 5 carreras por 3, con Braudilio Vinent en la lomita para llevarse en calidad de invicto el certamen mundial.
Los criollos, dirigidos por Servio Borges, consiguieron 10 victorias consecutivas para asegurar el título número 15 en esos certámenes inaugurados en Inglaterra en 1938. A continuación se ubicaron Estados Unidos con 9 triunfos y un solo fracaso; Corea del Sur, 8 y 2; Japón fue cuarto con 7 ganados y 3 perdidos y Nicaragua quinto con balance
parejo de 5 y 5, entre 11 países.
En ese XXV Campeonato Mundial, Antonio Muñoz fue seleccionado como el Jugador Más Valioso (JMV) al quedar líder en jonrones con 8, en impulsadas, 18 y en anotadas, 14.
También destacaron por la nave cubana Fernando Sánchez, líder en dobles con 5 y colíder en jits con 16 junto al nicaragüense Roberto Espino; Luis Giraldo Casanova ocupó el segundo lugar en promedio ofensivo con 444; Braudilio Vinent con 3 victorias sin derrota y Rogelio García, quien no permitió carreras en la justa y terminó
empatado en el liderazgo de ese departamento con el estadounidense Mark Thumond y el italiano Michel Romano.
Como dato significativo, por primera vez en Campeonatos Mundiales, dos hermanos integraron la nómina del equipo titular. Son los casos de los matanceros Wilfredo y Fernando Sánchez, quienes repetirían el resultado en el siguiente torneo de 1980 que tuvo lugar en Japón.
El hecho de que un país haya ganado dos campeonatos mundiales en diferentes deportes colectivos y en un mismo día no se ha repetido desde entonces.