Ganancia de pesos en el cambio de los quioscos de la Plaza a la Tisana
A pesar del factor distancia, y su malestar en quienes aún cuestionan el traslado de los quioscos de la antigua Plaza para su nuevo espacio en la Feria XIV Festival, la decisión es, a mi juico, tácito reflejo de que nada es malo, malo, ni bueno, bueno.
Cuando supe de la medida, repasé en mi memoria el tramo de separación entre la franja comercial privada y la estatal en la Tisana y los metros se redujeron a cero, ante los beneficios de la concurrencia allí de dueños de Mipymes y de trabajadores por cuenta propia.
Las ganancias son dos y son, créanme, de mucho peso. Una tiene que ver con el hecho de que la Feria XIV Festival está “bancarizada”, lo que supone que cada vendedor debe ofrecer todas las alternativas de pagos en efectivo por Transfermóvil, Enzona o transferencia, cuenta fiscal de por medio.
Si no se cumple con este requisito, no se podrá comercializar las mercancías, una condición necesitada de ser verificada, controlada, para que no se viole lo establecido.
La otra ganancia tiene que ver con la opción de comprobar lo comprado en la pesa digital y certificada, una garantía tremenda de respaldo a los derechos de los consumidores, fuera ahora de ese estado de indefensión tan común en la relación con algunos privados de aquella franja de la antigua Plaza, donde junto con el pollo o el picadillo, también se vendía impunidad, maltrato, timo.
Que estas dos variables existan en la XIV Festival, no implica su funcionamiento eficaz. Este domingo 22 de septiembre, por ejemplo, vi a una pareja marcharse con disgusto y con la jaba vacía porque en aquel quiosco solo aceptaban efectivo y el uso de Enzona y los referidos clientes no tenían esa plataforma. En vano exigieron transferir a la cuenta fiscal, porque tampoco se les permitió.
Sabemos de la desventaja de esta variante, dependiente de conexión, y hoy noté que era exclusiva en varios puntos, negando las otras opciones. Ante estos obstáculos, la única forma es acudir a los inspectores para hacer valer lo establecido.
En otros quioscos solo había cuenta fiscal y brillaban los códigos QR por Transfermóvil. Ya sabemos que esto priva del 6 por ciento de la bonificación y eso lo saben muy bien ciertos actores privados.
Ahora toca a los directivos de la Feria elevar la exigencia para que en cada lugar estén todas las variantes de pago electrónico, de modo tal que cada cual aproveche la que más le convenga.
Y un consejo. Aunque existe la creencia de que es costumbre “tumbar” en la pesa, no es lo mismo que a tres libras de pollo le falten 90 gramos, que 20. Yo, por si acaso, ante la duda, compruebo. Menos mal que hoy lo hice.
Entre el picadillo y el pollo, me hubiese ido a casa con dos libras menos, equivalentes a 580 CUP, algo que ya me ha sucedido con el queso y el embutido, ofrecidos por actores económicos estatales.
Con independencia de las fisuras de controles para que en términos de bancarización se cumpla con apego a lo estipulado, el cambio de quioscos es una ganancia en peso, y en pesos. Y de ello, debemos aprovecharnos. Como siempre digo, no habrá mejor inspector que un cliente bien informado y exigente de la defensa de sus derechos.
- Fotos de la autora y tomadas de Girón.