Acerca del anteproyecto de nuevo Código de la Niñez y la Juventud para Cuba (III)

Sobre la edad laboral de los adolescentes y sus garantías serefiere también el nuevo código. Se declara que hay casos excepcionales donde muchachos de 15 y 16 años trabajan, pero con la condición de que sea con fines educativos. Estos, además, tienen un sistema de protección que garantiza sus condiciones.
Otro de los temas sensibles que aborda este anteproyecto está relacionado con el respaldo legal de los niños y adolescentes que cometen actos delictivos. Actualmente si un niño comete hechos que la ley tipifica como delito, aunque se le aplique una medida administrativa, va a una escuela para niños con trastornos de la conducta o a una de formación integral. Sin embargo, ¿qué representación legal tiene ese menor?
A los efectos de este código hay un subsistema de protección penal adolescente. A pesar de que sí son juzgados por los hechos que cometen, también tienen una protección especial que los ampara. Es decir, son juzgados penalmente, pero al ser menores de edad, el código los tiene que proteger y hay un tratamiento especial para ellos.
Se precisa que estos niños no vayan directamente a un acogimiento institucional, pues debería ser la última variante y por ello se incorpora el término acogimiento urgente, para esclarecer en un tiempo prudencial qué vamos a hacer y qué respuesta le vamos a dar a un muchacho. Es preciso que tienen que aparecer otros familiares y personas que los atiendan por un tiempo determinado.
Por tales razones se considera imprescindible transformar las escuelas de conducta. No cerrarlas, porque hay un decreto ley antiguo que ampara este sistema de atención a los menores contra el trastorno de la conducta. Lo que sí se ha materializado es ir dejando los especialistas que atienden a estos niños en las escuelas cercanas a esas instituciones.
En 2024 se han llevado a cabo consultas a 20 mil niños, adolescentes y jóvenes, además de campesinos, académicos y miembros de la comunidad científica, asociaciones, institutos y centros de estudio y expertos en la Constitución y el Código de las Familias. Esto asegura una diversidad de opiniones relacionadas con los temas que aborda el anteproyecto y enriquece el debate en torno a él.
Es, por tanto, un código moderno, pero necesario, por ello aún está en proceso la consulta popular para recoger opiniones y posibles sugerencias constructivas. El anteproyecto demuestra una vez más la voluntad del Estado cubano en priorizar y garantizar leyes que protejan a quienes serán el futuro de Cuba.