Bombero es bombero donde se pare
A nivel mundial la hermana isla de Martí y Fidel aparecía en titulares y qué lástima que no era para exaltar parte de sus logros, que a pesar de tanto tiempo en bloqueo económico llegaron a consolidar en Revolución, destacaba por el siniestro que arrasaba un reservorio de hidrocarburo tras el impacto de una descarga eléctrica en un depósito, rememora Álvarez en comunicación digital.
“Cuando escuché a los reporteros decir sobre una explosión en uno de los tanques y que al parecer había desaparecidos, sabía la alta posibilidad de que fueran bomberos porque eran los que se encontraban en la zona caliente del evento, eso me estremeció.
“Solo quería arribar y acoplarme a las operaciones con el equipo al que nuestro presidente Nicolás Maduro Moros encomendó la tarea de ayudar en el control del voraz incendio, 42 hombres y una representación femenina, profesionales todos hacia los cuales siempre tendré respeto y admiración.
“En el viaje llegaban las caras de mis seres queridos cuando les comentaba que iba en apoyo a los bomberos de Cuba por la situación que estaba en desarrollo y ciertamente venía a mí la voz de mi familia que decía: Regresa bien y que Dios te proteja, aquí oraremos por ustedes.”
Los buenos deseos me llenaban de valor para esforzarme con más ahínco en la meta de ayudar, pero también de regresar sano y salvo a Venezuela, resalta el técnico superior en Ciencia del Fuego y Seguridad Contra Incendio.
Puedo decir que desde nuestros líderes hasta el personal técnico abrazamos la misión con la misma entrega que movía a todos en la Isla; Venezuela, México y Cuba estaban unidas en corazón en un mismo lugar, como pueblos hermanos, asegura.
“En las horas de trabajo en equipo los hijos de las tres naciones se veían exhaustos pero jamás con la intención de rendirse, eso nos colocó en sintonía unos con otros para llevar a cero el incendio que entristeció sin fronteras.
“Particularmente considero a los bomberos de Cuba aguerridos luchadores, a los cuales siempre les tendré mucha estima, ya que son constantes y firmes en el cumplimiento de su misión, mis humildes felicitaciones para esos compañeros.
“Tengo que comentar que oré al bombero mayor, nuestro Dios, así lo llamamos en Venezuela en el argot del gremio, sentimos la señal del cielo a través de una llovizna que cayó en el área de Matanzas a pocas horas de realizar las labores de control.
“Siempre tuvimos en cuenta que compañeros bomberos quedaron en ese lugar, bombero es bombero donde se pare, las lágrimas no se hicieron esperar tras el inminente sentimiento de empatía que nos abordaba por la pérdida irreparable de esos dignos hijos de Cuba que dieron su vida para proteger a sus hermanos; nunca se debe olvidar al caído, al contrario.”
A un año de aquel agosto, en el distante estado de Monagas, tiene el bombero Raúl tan presente como los cubanos las horas en las que la hermandad creció más que el fuego en Matanzas, hasta la extinción del incendio en la mañana del viernes 12 del año 2022.
Con el franco afecto que se crea al compartir los mismos riesgos, a los hijos de la Isla donde recibió la Medalla de la Amistad, les asegura desde Venezuela: “Cuenten con que aquí, siempre tendrán a uno más de los suyos”.
