Mejores padres (+audio)
Madre no hay más que una. Madre aunque sea de vinagre. Madre, madre, madre. Cuando das a luz todas las aristas de tu vida bajan un escalón en el ranking de prioridades. El ganador absoluto de todas tus fuerzas y energías es esa criatura que acaba de nacer y es completamente tu responsabilidad…, aunque…, ¿completamente?
Ser una buena madre más que un compromiso o una aspiración, es una imposición social. Una buena madre tiene que estar ahí para sus hijos, acompañarlos, entenderlos, apoyarlos, educarlos. No son pocos los que tienen algo que decir al respecto, los que señalan los errores y cuchichean en el barrio sobre la mamá de Marquitos. Pero, ¿y el papá de Marquitos?
Con la paternidad hay bastantes menos refranes y señalamientos. Pareciera que con fecundar el óvulo se hizo trabajo suficiente. Papá tiene un trabajo. Papá tiene que llevar dinero a la casa. Papá debe mantener a la familia. Bueno, desde hace décadas, mamá también se encarga de esto.
La única diferencia es que, además de trabajar, las responsabilidades suelen caer con más peso sobre ellas. Si no has planchado uniformes, ayudado a hacer tareas, llevado o recogido al niño a la escuela, ido a reuniones de «padres», escuchado las quejas de la maestra, preparado la merienda, llevado al niño al parque o jugado a la pelota, definitivamente, eres padre pasivo. Estás sólo por decir que estás. Y eso tampoco es lo que se quiere.
Para nada decir que no existen hombres dedicados y comprometidos con su paternidad, orgullosos de sus hijos y atentos a sus necesidades. Pero estamos normalizando una paternidad de adorno donde el hombre, aunque presente, tiene menor acción en la crianza.
El padre ausente, ese que solo manda la mensualidad, que sólo viene en las vacaciones o los fines de semana, también es un fenómeno más cotidiano y socialmente aceptado de lo que debería. Por otra parte, las madres ausentes, muchas menos cabe recalcar, son cuestionadas, tildadas de mala persona e incluso sancionadas por la ley. No es una cuestión de igualar las malas conductas, un hijo es un regalo, y una responsabilidad, pero es responsabilidad de dos.
No podemos seguir romantizando la figura de la mujer que hace de madre y padre. Es injusto y conformista. No necesitamos más mujeres fuertes que hagan hasta lo imposible por sacar adelante a la familia, necesitamos mejores padres.
- Estudiante de Periodismo