Sabino Pupo: Adalid de los campos de Cuba

La historia de la mayor de las Antillas honra la memoria de Sabino Pupo Milián como uno de los más prominentes líderes y activistas revolucionarios en la defensa del campesinado cubano, una labor inspirada en su admiración por el temple, la perseverancia y la heroicidad de estos trabajadores.
Nacido el 19 de marzo de 1895 en la provincia de Las Tunas, encontró desde joven su lugar en los quehaceres agrícolas.
Al enfrentar y presenciar las profundas injusticias que afectaban a quienes vivían de la tierra, forjó su compromiso sociopolítico en pro de los derechos de los agricultores y en la búsqueda de mejores condiciones de vida para ellos. Su incansable lucha por el bienestar del campesinado lo condujo a integrarse a organizaciones como las Asociaciones Álvaro Reynoso Valdés y de Santa Lucía y en 1948, en el territorio camagüeyano de Nuevitas, fue elegido dirigente de esta última, consolidando su influencia en los movimientos agrarios de la época.
La integridad y firmeza de su carácter quedaron patentes cuando rechazó las tentadoras ofertas económicas de la empresa estadounidense Manatí Sugar Company, que buscaba adueñarse de las tierras que él y otras familias cultivaban debido a su fértil calidad.
Con valentía, Pupo Milián proclamó que ni el honor ni la dignidad del campesinado podían ser comprados. Esta sólida posición y su capacidad de liderazgo lo convirtieron en una figura incómoda para las compañías azucareras extranjeras, que veían en él una amenaza a sus intereses económicos.
Finalmente, el 20 de octubre de 1948, en el poblado de Camalote, la Manatí Sugar Company recurrió a la violencia para silenciar su activismo, arrebatándole la vida a sanguinarios disparos. Aunque su trayectoria fue truncada de forma trágica, Sabino Pupo Milián dejó un legado imborrable en la lucha por los derechos de los trabajadores del campo en Cuba.
Su compromiso con la justicia social y su ejemplo de resistencia lo han convertido en una figura destacada de la historia de la Isla, símbolo del espíritu indomable del campesinado cubano.