Bolero, un patrimonio nuestro que ya es de todos (+ audios)
Alfonso Llorens Betancourt es uno de los mayores defensores del bolero en Matanzas. Durante mucho tiempo se ha dedicado a enaltecer, entre otros, al género que acaba de ser declarado Patrimonio Cultural Inmaterial por la UNESCO.
Con el fin de preservarlo, como legado musical muy arraigado en Cuba, hace siete años el cantante y compositor tuvo una iniciativa en la que toda la música encuentra espacio, sobre todo el bolero.
“En Matanzas, a partir de la creación primero y la reaparición luego del espacio El Bolerazo, gracias al apoyo de la UNEAC, la Dirección municipal de Cultura y ARTEX con una excelente acogida de la población, el bolero se ha fortalecido.
“He sido testigo de que a muchos públicos, incluidos los jóvenes, les gusta este género, ya no solo a las personas que pasan los 50 años. Es un género que nos acompaña por identidad, por afinidad y por historia”.
Para Llorens Betancourt el bolero es una página imprescindible del panorama cultural cubano de todos los tiempos y, a pesar de que a veces pareciera olvidado entre la turbulencia de nuevos ritmos, el artista considera que su trascendencia no cede, aunque sí hay factores que inciden en que se escuche menos.
“Yo no creo que el bolero se haya perdido, ni que pierda fuerza, quizás sí adolece de promoción por los fenómenos que afectan la música cubana, que en general perdió un poco de espacio con la llegada del reggaetón; pero me parece que en los últimos tiempos se ha retomado.
“El bolero además sirve de estímulo para que el público acompañe al artista en la interpretación. Eso me encanta porque demuestra que les gusta, que se identifican con el género y demuestra que toda la lucha no ha sido en vano. Creo que Matanzas puede ser una buena cantera de boleristas”.
Alfonsito, quien es el anfitrión de El Bolerazo en Matanzas y ha impulsado otros proyectos enfocados, sobre todo en la promoción del bolero, es testigo de cómo el público de todas las edades disfruta de temas como Lágrimas negras, Si me pudieras querer y Contigo en la distancia, referentes de la cancionística nacional.
Incluso, mientras se entrega a la creación de nuevos proyectos relacionados con la difusión de la música cubana, sueña con la creación de una sede en Matanzas para el bolero.
“Seguiremos luchando porque se mantenga el género en otros espacios. En Matanzas hay muchos lugares en los que se pudieran incluir propuestas que impulsen no solo el bolero, sino la música cubana, caracterizar los sitios. Creo que por la cantidad de artistas que lo defienden, el bolero merece ya una sede permanente en la ciudad”.
El bolero nació en Santiago de Cuba en 1883, para luego llegar a La Habana y extenderse por México y otros países de América Latina con sus letras líricas, de amor y desamor, así como sus cadenciosas percusiones acompañadas de guitarras, bajos, pianos.
Para Cuba y México, el bolero representa una herencia c
ultural que se transmite dentro de las familias y comunidades gracias a la tradición oral y por imitación, razón por la que hoy en día es una práctica cultural viva que sigue desarrollando nuevas composiciones e interpretaciones en escenarios tanto urbanos como rurales, constituyendo una fuente de inspiración en varios momentos de la vida de sus seguidores y portadores.
En 2021 este género fue declarado Patrimonio Cultural de la Nación cubana y este mes de diciembre, el Comité Intergubernamental para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial de la UNESCO aprobó la inscripción de la práctica cultural del Bolero en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
