Entre las propuestas más novedosas del complejo turístico Cuevas de Bellamar se encuentra la proyección de la colección de imágenes en tercera dimensión sobre sus áreas protegidas y el restablecimiento del tour de las esponjas.
Owen Cabrera Zangroniz, espeleólogo del afamado sistema cavernario yumurino, declaró que el tour de las esponjas es una opción de turismo de aventura que cuenta con gran aceptación. Su nombre se debe a la presencia de eliptitas que se asemejan a la esponja de mar.
En este recorrido los depósitos de agua presentan formaciones secundarias que normalmente no se encuentran en el resto de la cueva, como la arena de calcita y la cinolita.
«Tenemos en estos momentos más de 24 kilómetros de cuevas, hay que nadar, hay que bucear, subir y bajar por cuerdas nueve niveles de galerías diferentes. En el año 1991 encontramos algunas de estas galerías, no hemos dejado de trabajar en ellas y entre febrero y marzo del año 2015 también encontramos salones de galerías nuevas.
«De hecho, en agosto del año pasado se buceó y se encontraron aproximadamente mil metros más entre galerías inundadas y que cuando se sale del otro lado también estaban sobre el nivel del agua», apuntó el especialista.
Cuando una cueva comienza a visitarse turísticamente es muy difícil que no existan daños. La temperatura que desprenden los bombillos para que el cliente pueda ver reseca las formaciones. Además, el dióxido de carbono que emana el hombre no deja que el carbonato de calcio solidifique rápidamente.
La Gran Paleocaverna Bellamar es una compleja red de galerías de belleza extraordinaria integradas por varias cavidades que en el pasado geológico constituyeron una sola. Albergan formas cristalinas compuestas mayormente de calcita y aragonito, entre las cuales hay ejemplares únicos en el mundo.
- Daniela Licort Prieto y Liz Yanet Rojo Corrales, estudiantes de Periodismo