4 de mayo de 2024

Radio 26 – Matanzas, Cuba

Emisora provincial de Matanzas, Cuba, La Radio de tu Corazón

Hay pedacitos que sirven

En el país existe aún mucha tierra ociosa, hay múltiples ejemplos de personas empeñadas en sacarle provecho a los terrenos con tal de producir alimentos.

 

                Todo aquel que pueda sembrar un pedacito de tierra, es bienvenido. Foto: Ventura de Jesús García

En el país existe aún mucha tierra ociosa, pero hay múltiples ejemplos de personas empeñadas en sacarle provecho a los terrenos con tal de producir alimentos.

El matancero Jesús Agustín Estrada Rolo es el clásico arquetipo de esos emprendedores que aprovechan cualquier espacio, por pequeño que sea, para sembrar y reforzar la alimentación de la familia y de no pocos vecinos.

En los alrededores de dos de los viejos edificios multifamiliares del barrio de Los Mangos, en la cabecera provincial matancera, ha florecido la siembra de cultivos varios y plantas medicinales, en áreas en desuso y en las que, habitualmente, gente indolente depositaba cualquier tipo de desperdicio.

Han nacido algo así como jardines productivos, muy necesarios cuando escasean los alimentos.

«En el primer edificio me tardé como dos meses en sacar el escombro y dejar limpia el área; había allí lo que se dice un gran vertedero», recuerda Estrada Rolo, quien asegura ser un gran amante de la tierra y de la práctica del taichí, gimnasia china muy apreciada en Cuba.

Aquella primera incursión, sostuvo, resultó un esfuerzo útil, pues cuando los demás vecinos vieron el espacio ya plantado y convenientemente protegido, se mostraron embullados con la idea y lo conminaron a extenderse a otros sitios aledaños.

Esto ha sido algo maravilloso, pues, entre otros beneficios, nos hemos quitado la molestia de los vertederos y hasta el agobio permanente de los muchachos tirando pelotas contra las paredes y la algarabía en detrimento del descanso de personas muy mayores y niños pequeños,  admitió Yanara Rodríguez, vecina del lugar. El cambio es tremendo, dijo.

Se trata de espacios pequeños, de escasos metros cuadrados, pero en los que es posible recoger algunas cantidades de yuca, tomate, lechuga, malanga, ajíes, ajo, frijoles y plátano, así como plantas medicinales como caisimón de anís, albahaca morada, manzanilla, naranja agria, almácigo y orégano, entre otras especies.

Aunque no es mucho, da para apaciguar un poquito la situación en la casa, en especial la de mi nieta, que es diabética, y ayudar a los más necesitados que viven en esos bloques de viviendas; hago mi aporte, reconoció Estrada Rolo.

«Soy natural del poblado de Bolondrón, o sea, un hombre de campo y desde pequeño estar en contacto con la naturaleza me proporciona paz, además de que pocas cosas satisfacen tanto como ver el fruto de lo sembrado, de tu trabajo», confesó.

En ocasiones hay quienes pasan por el sembradío y al verme solicitan unos ajíes para la comida del día y yo accedo gustosamente y de forma gratuita.

Para delimitar las plantaciones utiliza trozos pequeños de cardón y palos bien asegurados a partir de elementos naturales, lo cual con el tiempo termina siendo una cerca tupida y de buena imagen. De cualquier modo, asegura que los vecinos son los mejores guardianes. Están siempre pendientes de que todo esté en orden y del cuidado de las plantas, expresa.

Acepta que, en última instancia, es algo con qué distraerse y en ese sentido justifica la filosofía del taichí, la del bienestar espiritual, la relajación y el desapego de los problemas diarios, además de que te nutre de energía, insiste.

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