Ese día de enero «que acabó con lo injusto para ser compañeros» –en franca alusión al triunfo alcanzado en 1959–, fue uno de los más felices de Juan Almeida Bosque, el Comandante de la Revolución que tanto amó a Cuba, a los cubanos y al arte. Por lo tanto, no asombran las innumerables muestras de afecto que su pueblo le tributa, especialmente hoy, cuando se cumplen 97 años de su nacimiento.
Comandante de la Revolución
A este héroe con mayúsculas nunca se le vio rezagado, aunque sí sencillo y modesto como pocos. Continuó cumpliendo misiones y superándose en el terreno militar y cultural, siempre con un pie en el estribo, como los viejos mambises, para seguir librando todas las batallas que impuso la construcción del socialismo cubano.