El cuarto descubridor de Cuba
Reconocido por sus inmensos aportes a la espeleología, la geografía y arqueología cubanas, Antonio Núñez Jiménez constituye una de las más prolíficas eminencias científicas de la mayor de las Antillas.
Nació el 20 de abril de 1923 en el entonces habanero pueblo de Alquízar y desde pequeño demostró una notable pasión por desandar los misterios de la naturaleza y hacerla protagonista de sus aventuras, siendo las cuevas de la Loma de Candela, al norte de Güines, y las de Seboruco y la Cotilla, en Mayarí y La Habana, respectivamente, los primeros escenarios de sus exploraciones.
No solo es ampliamente recordado por ser de los primeros investigadores cubanos que atestiguó las maravillas del Polo Norte, la cordillera de Los Andes, el Amazonas o la Antártida, sino que además a él debemos la existencia de importantes organismos como la Sociedad Espeleológica de Cuba y la Federación Espeleológica de América Latina y el Caribe, así como la Comisión Nacional de la Academia de Ciencias de Cuba.
El también calificado como cuarto descubridor de nuestra Isla, nos legó un sinnúmero de saberes sobre enclaves antillanos como el Pan de Guajaibón, la península de Guanahacabibes, la Sierra Maestra y las Cuevas de Bellamar, así como un centenar de materiales audiovisuales, libros, folletos y más de mil 600 artículos donde la madre naturaleza y sus encantos encabezaban las temáticas.
Núñez Jiménez también estuvo vinculado a la causa libertaria de la nación y además de colaborar en la distribución del alegato de autodefensa La Historia me Absolverá, de nuestro Comandante, devino cronista de los hechos que sucedieron a la victoria de Fidel aquel enero de 1959.
Ejerció importantes responsabilidades a la cabeza del Instituto Nacional de Reforma Agraria, el Banco Nacional, la Comisión Nacional de Monumentos, la Academia de Ciencias y la artillería antitanque, además de fungir como embajador de nuestro país en Perú, viceministro de Cultura y diputado a la Asamblea Nacional, entre otros cargos.
Antonio Núñez Jiménez falleció el 13 de septiembre de 1998, no sin antes legarnos la fundación La Naturaleza y el Hombre, institución científico-cultural que, desde una visión de integración regional y ecológica, aglutina los más vastos conocimientos que acumuló en su fructífera trayectoria.