El día que inició la lucha por la independencia de Cuba

Aquel amanecer del 10 de octubre de 1868, Carlos Manuel de Céspedes, convocó a un grupo de sus seguidores, entre combatientes y esclavos, reunidos en su ingenio La Damajagua a sumarse al ya previsto alzamiento armado por la independencia de Cuba.
Este acto iniciador de la lucha por la libertad de la nación dio lugar al desarrollo de una guerra que duró 10 años de combate sostenido contra España, de los cuales, los cinco primeros, fueron encabezados por el insigne abogado como líder revolucionario máximo y primer presidente de la República en Armas.
Ese propio día, Céspedes organizó las partidas insurrectas y dio la orden de prepararse para la marcha a las improvisadas tropas, al tiempo que elaboraba junto al también patriota Bartolomé Masó el manifiesto para anunciar al mundo el comienzo de la gesta independentista contra el colonialismo español.
Al declarar la libertad plena de sus esclavos, sentó un precedente importante que habla de la radicalidad de su pensamiento, mucho más avanzado que el de su propia clase social.
Pero las duras pruebas apenas iniciaban para el Mayor General del Ejército Libertador de la contienda del 68, como aquel primer encuentro con las fuerzas españolas, cuando sus acompañantes resultaron dispersados, y ante la intención de algunos de claudicar, replicó con energía “¡Aún quedamos doce hombres! Bastan para hacer la independencia de Cuba”.
Unos días después se volvieron a reagrupar las filas mambisas y la insurrección se consolidó en todo el Oriente y el centro de la Isla. Así comenzaba la primera guerra de liberación nacional, en la que los patriotas, carentes de los mínimos recursos en la manigua, solo podían abastecerse de las armas que le arrancaban al enemigo para legar una tradición que acompañó también a los mambises del 95 y a los combatientes de la Sierra Maestra en la última contienda redentora.
Con la Demajagua y el resto de los alzamientos que acontecieron bajo el liderazgo del invicto y leal líder bayamés se puso en evidencia la decisión de sacrificio e intransigencia de los sectores más radicales de los terratenientes cubanos para lograr la independencia al precio que fuera necesario. El 10 de octubre fue el motor impulsor que dio carácter nacional a la lucha armada y a partir de entonces unió por siempre a blancos y negros en ideales, dedicación y entrega a la causa por mantener la soberanía
Lamentablemente la vida posterior de Carlos Manuel de Céspedes fue la desventura de un héroe cuestionado que enfrentó circunstancias y condiciones adversas hasta morir solo frente a tropas españolas, en un sitio intrincado de la Sierra Maestra, pero nadie pudo negar su merecido título de Padre de la Patria y de precursor del proceso revolucionario cubano.