1 de mayo de 2025

Radio 26 – Matanzas, Cuba

Emisora provincial de Matanzas, Cuba, La Radio de tu Corazón

Huelga del 9 de abril: una derrota convertida en victoria

En Matanzas, bajo el mando de Enrique Hart Dávalos, jefe de Acción del M-26-7 en la provincia, un grupo asaltó la emisora Radio Tiempo, para expandir el discurso, otro llevó a cabo el descarrilamiento del tren en el municipio de Jovellanos, al tiempo que en el lomerío de Cárdenas hasta el límite con Corralillo y la Carretera Central, se desplegaron pequeños grupos armados.

Era la primavera de 1958 y en Cuba las contradicciones políticas mostraban tres líneas fundamentales. Mientras el Ejército Rebelde, dirigido por su Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, victoria tras victoria consolidaba su presencia en la Sierra Maestra, la lucha clandestina se fortalecía y extendía a pueblos y ciudades bajo el liderazgo del Movimiento 26 de Julio (M-26-7) y la participación del Directorio Revolucionario 13 de Marzo y el Partido Socialista Popular.

En el lado contrario estaba el presidente de la isla, Fulgencio Batista, enfrentando la presión por sus derrotas militares ante los ‘barbudos’ y las progresivas críticas nacionales e internacionales a causa de la censura de prensa, las torturas y ejecuciones.

Y fue justamente en medio de ese panorama que se ideó llamar al pueblo a una huelga general, acción que formó parte de las concepciones estratégicas de Fidel Castro para darle el tiro de gracia a la tiranía.

El 9 de abril de 1958 fue la fecha escogida para la efectuar la huelga nacional revolucionaria, a fin de paralizar el país y desatar un movimiento de masas que acelerara el derrumbe de la dictadura.

«¡Atención cubanos! Es el Movimiento 26 de julio llamando a la huelga general revolucionaria. Hoy es el Día de la Libertad. Desde este momento comienza en toda Cuba la lucha final, que sólo terminará con el derrocamiento de la dictadura».

Con esa arenga trasmitida por las emisoras nacionales, aproximadamente a las once de la mañana de aquel miércoles primaveral, comenzaron los paros, sabotajes y combates correspondientes a un levantamiento huelguístico que abarcó buena parte de la geografía nacional.

En Matanzas, bajo el mando de Enrique Hart Dávalos, jefe de Acción del M-26-7 en la provincia, un grupo asaltó la emisora Radio Tiempo, para expandir el discurso, otro llevó a cabo el descarrilamiento del tren en el municipio de Jovellanos, al tiempo que en el lomerío de Cárdenas hasta el límite con Corralillo y la Carretera Central, se desplegaron pequeños grupos armados.

Durante los sucesos de aquel 9 de abril murieron los jóvenes revolucionarios Juan Ripoll García, Julio Ruffin Hoyos y José Pérez Vidal. Tres dentro del centenar de combatientes de todo el país que ese día perdió la vida al enfrentar la represión del régimen durante el tiempo que duró la huelga.

Errores de apreciación y fallas tácticas como la hora en que comenzaron las acciones y la falta de unidad entre las fuerzas que se levantaron contra la tiranía, marcaron el fracaso de la huelga.

A jucio de expertos, como no se divulgó la fecha escogida para la huelga, temiendo las represalias del régimen, el llamamiento tomó desprevenida a la clase obrera. A las once de la mañana del 9 de abril, la mayoría de los trabajadores estaban en sus puestos de labor cuando el objetivo era que se mantuvieran en sus casas.

Pero como de los reveses también se aprende, quienes aún no consideraban la lucha armada como la estrategia correcta para alcanzar el triunfo, después de la huelga comprendieron que no existía ninguna otra vía.

Otra de las enseñanzas de aquel levantamiento fue la necesidad de unir todos los sectores en pos de un objetivo común. De ahí que el revés no significó el abandono de la lucha y menos aún, la esperanza en la victoria. Así lo destacó Fidel, pocos días después de la huelga, en carta a Faustino Pérez y a los miembros del M-26-7 en el llano

«Tengo la más firme esperanza de que en menos de lo que muchos son capaces de imaginar, habremos convertido la derrota en victoria».

Apenas ocho meses después, el primero de enero de 1959, el pueblo celebró ante el mundo el triunfo de la Revolución cubana.

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