25 de enero de 2025

Radio 26 – Matanzas, Cuba

Emisora provincial de Matanzas, Cuba, La Radio de tu Corazón

Ilustres educadores cubanos: José de la Luz y Caballero

Su obra y acción representan un incentivo para generaciones presentes y futuras. Así, cobra vigencia hoy la afirmación martiana: «[…] así ama, con apego de hijo, la patria cubana a José de la Luz».

Debe evocarse en esta Jornada a un educador de todos los tiempos: José de la Luz y Caballero porque “El magisterio se mantiene más allá de la vida física de quienes lo ejercen”.

Luz y Caballero, que nació en La Habana el 11 de julio de 1800 y murió allí el 22 de junio de 1862, fue un filósofo y educador cubano. Se destacó por sus colaboraciones en temas científicos, filosóficos y otros. Es considerado como una de las personas que más han hecho por la educación pública en el país.

Martí, conocedor de la obra de Luz y Caballero, valorando la aureola intelectual que lo rodeaba y el hecho de verter en el campo educacional de la Isla la experiencia foránea, expresó: «Supo cuánto se sabía en su época; pero no para enseñar que lo sabía, sino para transmitirlo. Sembró hombres».

Se suma a esto el hecho de que parte de una generación de cubanos que jugó un importante papel en la lucha por la independencia de Cuba, fueran alumnos de Luz y Caballero, lo cual atrapó la atención del Apóstol. Esto se evidencia cuando expresa: «[…] Pudo ser abogado, con respetuosa y rica clientela, y su patria fue su única clientela […] nada quiso ser para serlo todo, pues fue maestro y convirtió en una sola generación un pueblo educado para la esclavitud en un pueblo de héroes, trabajadores y hombres libres».

Luz y Caballero fue un hombre comprometido con el tiempo que marcó su vida. Escogió el camino del magisterio como una vía para alcanzar la independencia de Cuba. Supo vislumbrar el poder que la educación tiene en el individuo. Al respecto José Martí escribió: «[…] Pudo lucir en las academias sin esfuerzo su ciencia copiosa, y solo mostró lo que sabía de la verdad, cuando era indispensable defenderla. Pudo escribir en obras […] y no escribió en los libros, que recompensan, sino en las almas, que suelen olvidar […]».

José de la Luz y Caballero fue tan sabio como humilde y Martí, al conocerlo en persona, quedó impactado con la manera amable, educada y serena con que este siempre lo trató. Sobre este particular expresó: «[…] Yo era pobre, yo era muy pobre y muy infeliz ante él, y me trató siempre como a un hermano y como a un monarca».

Es pertinente expresar que para los cubanos constituye un honor y un privilegio el haber tenido dentro de la historia del magisterio a la figura de Luz y Caballero. Su obra y acción representan un incentivo para generaciones presentes y futuras. Así, cobra vigencia hoy la afirmación martiana: «[…] así ama, con apego de hijo, la patria cubana a José de la Luz».

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