La diversidad que nos une desde la cultura (+audios, fotos e infografía)
Cristóbal Colón llegó un día a las Américas en búsqueda de sueños de riqueza y reconocimiento. En su lugar “descubrió” un trozo de tierra cargado de frutas, animales exóticos para ellos, abundante vegetación, indígenas y algunos pocos metales preciosos.
Mientras las décadas pasaban, el continente se convirtió en una interrogante para colonizadores de diferentes naciones del mundo, entre ellas España, Portugal, Holanda e Inglaterra.
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La conquista del territorio americano por imperios europeos representó también la imposición para estos pueblos de sus creencias, idiomas y tradiciones artísticas, la cimiente del abanico de variantes que hoy conforman el ajiaco al que hizo referencia Fernando Ortiz.
Como herederos de una rica historia cultural que ha llegado hasta nuestros días, la diversidad que nos une desde las manifestaciones artísticas, las costumbres y la identidad.
La milenaria cultura de nuestros aborígenes se nutrió de la amplia variedad de costumbres oriundas de Europa. Posteriormente desde África, con la introducción de la mano de obra esclavizada años después, se completó una amalgama de tradiciones y manifestaciones que dio paso a la riqueza cultural que hace de las Américas un hervidero de sueños y herencias legadas a la posteridad.
Más de 500 idiomas y dialectos se hablan en este continente en correspondencia, por supuesto, con los países que hicieron casa aquí de sus ambiciones de poder y riqueza.
Son oriundos de esta parte del mundo géneros musicales como el son, originario de Cuba, el bossa nova, procedente de Brasil, y el tango, los cuales, junto al pop, el rock y el jazz, entre otros, conforman el colchón cultural que durante siglos se ha cultivado en América.
La cultura nacional es resultado de los complejos procesos de transculturación que se sucedieron en Cuba, asociados a la conquista y colonización de la Isla por parte de España y la introducción en el país de esclavos procedentes de África.
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Depositaria también de las influencias de Francia y China, por ejemplo, Cuba deviene un sitio donde el sincretismo religioso te recibe en los solares, donde te encuentras a un muchacho con la sonrisa desnuda y el alma de aventurero buscándole las tormentas a una bulería o a una santera que te bendice con la piel coloreada por noches sin estrellas, mientras espera los primeros toques de un tambor batá para ponerle su nombre a una rumba.
De esta diversidad surgió la unidad, una cultura propia que se gestó a lo largo de los siglos y que es producto del mayor de los mestizajes; una diversidad que exhibe como soporte una rica historia y cuya celebración presente viene precedida por una explosión creativa de la generalidad de las manifestaciones artísticas y culturales de la nación, cada vez más abierta al mundo, que asiste expectante a un fenómeno novedoso, real, tácito: en Cuba la cultura está viva y Cuba vive en su cultura.
En el contexto matancero la transculturación se disfraza de la arquitectura italiana del teatro Sauto, con ese elegante aire neoclásico tan presente en la urbe de ríos y puentes, gracias, entre otros, a Daniel Dall´Aglio.
También adquiere las formas de una Botica Francesa y sube hasta la Ermita de Monserrate para rendirle honores a la cultura ibérica, madre directa de nuestra cultura con demostraciones de su consanguinidad desde el imaginario popular de refranes, carácter, hasta elementos tan cotidianos como la comida, el vestir y el idioma.
Consulte además: http://cubarte.cult.cu/periodico-cubarte/fiesta-de-los-origenes-en-matanzas-el-respeto-la-diversidad-cultural/
Nuestra diversidad surca el río y llega hasta La Marina donde el guaguancó que se clava en los huesos, retrocede hasta Medio para bailar danzón y observa el pasar tranquilo de los descendientes chinos que permanecen en Matanzas.
Consulte además: https://www.cubahora.cu/cultura/matanzas-un-trozo-de-africa-en-cuba
Hay tanto del mundo en nosotros y tanto de nosotros en el mundo que la diversidad, lejos de separarnos en creencias, idiomas, política, costumbres nos une como parte de una misma cultura, la universal.