Las piquetas de los gallos de Manuel aún buscan la aurora
Con 82 años aun se estremece recordando las piquetas de gallos de Guamacaro que lo despertaban en su bohío con piso de tierra lustrado con ceniza.
Cuando le dije: Quiero estudiar Artes Plásticas…
Mi papá me contestó: Ponte a leer. Lee a Vallejo, Lorca, García Márquez. Cuando entiendas lo que significa: «las piquetas de los gallos cavan buscando la aurora» y emocionarte al leerlo, entonces puedes ponerte a pintar.
Y tenía toda la razón porque fue así que aprendió ese guajiro de Guamacaro que anteayer 2 de enero cumplió sus 82 años. Dice que mi mamá, su eterna musa, fue quien lo alfabetizó en materia de cultura. Lo enseñó a escuchar música y a leer a los clásicos, esos que te adentran en el misterio de la vida y hacen vibrar el alma. Todas sus pinturas femeninas llevan su rostro.
He ido descubriendo su grandeza mientras se hace más pequeño. No sólo por los premios y reconocimientos, como la medalla Pablo Picasso de la UNESCO. Ni por integrar la antología del Museo de la Sátira y el Humor en Bulgaria entre los 100 mejores caricaturistas del mundo y ser considerado por otra organización sueca entre los 100 mejores humoristas del siglo XX. Los matanceros que lo ven sencillo y calmado no saben esto, ni que es Premio Nacional del Humor y de Periodismo, ni que lleva unos años siendo propuesta para Premio Nacional de Artes Plásticas (parece que a los humoristas no los toman muy en serio).
Con 82 años aun se estremece recordando las piquetas de gallos de Guamacaro que lo despertaban en su bohío con piso de tierra lustrado con ceniza. Ese es el misterio de sus pinturas: guajiros romanceando entre colores y añoranzas en un cañaveral.
Finalmente anduve los caminos de la Plástica, solo para darle colores a mi mundo y seguir otros andares de la espiritualidad. Hoy me estremezco ante los versos de Lorca y la música de Atahualpa Yupanqui. Y al leer a Vallejo: «Cuándo nos veremos los demás al borde de una mañana eterna, desayunados todos», cada día admiro más la humanidad y convicción de aquel hombrecito de 82 años que dice, con toda la humildad del mundo, que sus mejores caricaturas somos sus dos hijos.
FELICIDADES PAPÁ!!!
- Tomado del FB de Wanda Hernández Murga