De la pelota como de la vida, joven se ha ido Garlobo

Hay llanto en Jovellanos, en el país y de seguro fuera de esta Isla. El pelotero Yoandry Garlobo Romay ha muerto. La noticia me golpeó el rostro en la noche del 15 de julio y no pude menos que pensar en el pelotero, más que en el hombre.
Los que no lo tuvimos cerca, los que no somos sus amigos, vecinos o familiares, los que no lo conocemos, como yo, reparamos solo en el atleta, con traje de equipo Cuba. Pero él, él se ha ido prematuramente.
Uno de los peloteros más admirados de Matanzas se metió en el corazón de la Isla con su actuación en el I Clásico Mundial, en el 2006, del que regresó convertido en héroe. Los que vivimos aquellos momentos, no podríamos olvidar su salida como emergente contra Panamá y su hit salvador en aquel extra inning.
Garlobo ha muerto y yo voy corriendo a Google. Desde su debut con los Cocodrilos de Matanzas en la 37 Serie Nacional de Béisbol, completó un total de 16 temporadas y promedió 335, en más de dos mil veces al bate y mil 263 imparables.
Flora Romay, su madre, contó a un colega que Garlobo era un niño bajito y gordito y por eso lo excluyeron de la escuela de iniciación al deporte, la EIDE.
El niño quedó devastado, pero “continuó jugando en los placeres y terrenos del pueblo. Afortunadamente la vida ha premiado su tenacidad.»
Garlobo nació el 12 de enero de 1977 en Jovellanos, tierra de los Sánchez. Se ha marchado con 46 años. Como del terreno de béisbol, muy joven se ha ido también de la vida.
Foto: Ricardo López Hevia