Familias de peloteros en Matanzas
Me atrevo a asegurar que otros lugares del país no llegan a contar con tantos hermanos, primos o parientes en un campeonato de béisbol o reunidos en un mismo equipo como el territorio matancero.

Serie 53 de beisbol equipo Matanzas Ariel Sanchez
En un recuento de las familias que han competido en campeonatos locales, nacionales o internacionales, la provincia de Matanzas sobresale desde el siglo XIX.
Me atrevo a asegurar que otros lugares del país no llegan a contar con tantos hermanos, primos o parientes en un campeonato de béisbol o reunidos en un mismo equipo como el territorio matancero.
Ya desde el inicio del llamado béisbol hispano -jugado en la etapa del colonialismo español- muchos representantes de familias integraban los equipos Habana, Almendares y Matanzas del primer campeonato profesional de la Liga General de Béisbol de Cuba, en 1878. Esos jugadores, primeros hermanos en competir en un certamen organizado en la Isla fueron, por los Azules del Almendares, Carlos y Teodoro Zaldo; el Habana presentó a tres: Francisco, Ramón y Rodrigo Saavedra y el Matanzas tuvo en su nómina a los hermanos Amieva: Ricardo, Manuel y José Dolores.
Ya en el siglo XX otros parientes aumentarían el listado en el béisbol profesional y más en el amateurismo, en el caso específico de la provincia matancera, como fueron los Cárdenas; los Domec; los Pérez, nombrados como los Curros de Versalles, entre los más mentados. En los municipios también tuvimos una gran cifra de hermanos peloteros y ya en nuestros torneos revolucionarios llegarían los Isasi; Sánchez, de Jovellanos; Dueñas, de Perico; los Manríquez, de Colón y algunos más.
La mayor cifra la encontramos recientemente en una investigación sobre la popular Liga de Pedro Betancourt, en la que solamente hermanos compitieron en los 17 años de duración del certamen, más de 120 peloteros repartidos en diferentes equipos.
De esa etapa anterior al triunfo de la Revolución de 1959 hay una familia del Central España que llegó a presentar jugadores antes y después de ese año, los Jácome Mosquera. El mayor, Luis, compitió en los torneos azucareros por los años 40; Miguel, jugó en la Liga de Pedro Betancourt y además fue director; Manuel, consistente lanzador,
en la mencionada Liga; Vicente, receptor y después árbitro; y Derubín, el más destacado, ya que jugó en la Unión Atlética Amateur y en la Liga de Pedro Betancourt e integró cinco equipos Cuba a campeonatos internacionales.
en la mencionada Liga; Vicente, receptor y después árbitro; y Derubín, el más destacado, ya que jugó en la Unión Atlética Amateur y en la Liga de Pedro Betancourt e integró cinco equipos Cuba a campeonatos internacionales.
Otro hermano de gran calidad fue Justo, quien también participó en las dos Ligas anteriores; Jesús, además de jugar en Pedro Betancourt y la Liga Nacional, lo hizo en el profesionalismo en Estados Unidos. Otros cinco parientes de estos jugadores (hijos o sobrinos) llegaron a unirse y formar un equipo que competía en diferentes bateyes de la zona periqueña.
No podemos dejar de mencionar a los Sánchez González, que poseen la marca de más jugadores en competir en las Series Nacionales: Felipe, Wilfredo, Armando, Fernando y Arturo, a los que unimos al hijo menor de Arturo, Ariel, quien actualmente amenaza con romper las marcas de hits de sus tíos Fernando y Wilfredo.
Muchos desconocen que otros primos y sobrinos de los cinco jovellanenses participaron en nuestros campeonatos cubanos: José Estrada González, Juan Carlos y Amaury Romay, Luis Díaz, así como Amílcar, Roberto René, Arturito y Fidel. Actualmente ellos se reúnen, esporádicamente y compiten en el béisbol entre veteranos.
En este tema de peloteros hermanos en campeonatos oficiales, nativos de nuestra provincia, tienen el récord, difícil de romper, de que seis parejas de los mismos participaron en el equipo Henequeneros, de 1989. En aquella selección aparecían: Juan y Daniel Manríquez, receptores; Armando y Roberto Dueñas, jugadores de cuadro; Pablo y Gregorio Hernández, jardinero y lanzador, respectivamente; Wilfredo y Orestes Menéndez, jardineros; Guillermo y Frank Heredia, jardineros; junto a Jesús y Gerardo Díaz, el primero receptor y el otro delegado del equipo. Algo curioso que no se ha repetido.