Memorias del juego más largo de nuestras Series Nacionales de Béisbol
Antes del fenomenal juego de béisbol escenificado en el estadio Julio Antonio Mella, de Las Tunas, entre los locales y Villa Clara, el 14 de enero de 1995, que posee la mayor cifra de récords individuales y colectivos en la historia de nuestras Series Nacionales, el Victoria de Girón, de Matanzas, fue escenario de otro desafío que luego de 29 años mantiene algunas marcas imborrables.
Los días 8 y 9 de diciembre de 1993, los equipos representativos de Matanzas y la antigua provincia Habana, se midieron durante 24 entradas en el transcurso de la trigésimo tercera Serie Nacional e implantaron una marca para estos clásicos beisboleros.
La anterior pertenecía a los conjuntos camagüeyanos Granjeros y Ganaderos, que se habían enfrentado el 4 de enero de 1975, durante 23 capítulos.
En esa campaña, 1993-1994, los encuentros se efectuaban en el horario diurno, como parte del plan de ahorro energético que tenía lugar en la nación, motivo por el que el choque entre habaneros y matanceros quedó sellado el día 8 empatado a seis carreras en el episodio número doce.
En la 10ma. entrada el Habana ganaba seis por cinco ya con dos outs, cuando Lázaro Junco despachó enorme jonrón por el jardín izquierdo ante las ofertas del tercer relevista Eduardo Rivera, para igualar las acciones y luego Rivera tiró otros dos episodios sin carreras; fue entonces que el árbitro principal selló el juego por oscuridad.
El primer día, Matanzas utilizó a tres lanzadores, Ariel Tápanes durante siete entradas, Carlos de la Torre, regaló un boleto y fue sustituido rápidamente por Rafael Delgado, quien trabajó cinco. El Habana abrió con Daniel Lugo, 4 inning, Richard Pérez, un tercio, Alexander Nojay en cuatro y un tercio y Eduardo Rivera, 3 y un tercio.
Lo mejor vendría en la reanudación del día 9, cuando el director matancero, Gerardo Sile Junco señaló para trabajar al zurdo Jorge Luis Valdés, quien lanzó doce episodios sin permitir carrera, le conectaron siete inatrapables, ponchó a seis y regaló tres boletos y por los visitantes tiró en once entradas y dos tercios Lázaro Rivera, labor empañada cuando con dos outs en el inning 24, Vaisel Acosta le conectó jonrón con las bases llenas para decidir.
Los números finales fueron: Habana 6 carreras 20 jits 4 errores
Matanzas 10 carreras 20 jits 4 errores
Ganó: Jorge Luis Valdés Perdió: Lázaro Rivera
MÁS DETALLES DEL JUEGO
El Habana anotó una carrera en el séptimo; dos en el octavo, dos en el noveno y una en el décimo. Matanzas, cinco en el quinto, una en el décimo y cuatro en el 24.
Batearon dobles por el Habana, Luis Piloto y Gerardo Miranda y por los ganadores, Juan Manrique, Lázaro Junco y José Estrada. No se conectó triple.
Jonrones, por el Habana, Andy Morales y por Matanzas, Lázaro Junco y Vaisel Acosta.
Como dato curioso, no hubo bases robadas y sí cogieron robando a cinco jugadores; tres por el máscara Pedro Luis Rodríguez, Habana; y dos por Manrique, del Matanzas.
Doble play; Habana tres y Matanzas dos.
Hubo dos sacrificios de fly: Vaisel Acosta, en el 5to, y Oscar Macías, en el 8vo.
Un pelotazo, propinado por Rafael Delgado al antesalista Andy Morales.
Sólo un Wild pitch, tirado por Richard Pérez.
Dos sacrificios de toques, uno por cada equipo.
Un balk, que fue de Ariel Tápanes.
Recibieron boletos intencionales: Eduardo Cárdenas, dos veces y Lázaro Junco.
Por Matanzas cometieron dos errores cada uno, Eduardo Cárdenas y Carlos Kindelán y por los visitantes pifiaron Manuel Morales, Juan Carlos Millán, Oscar Macías y Gerardo Miranda.
Además de las 24 entradas, se produjeron las marcas nacionales de once veces oficiales al bate en un juego del receptor habanero Pedro Luis Rodríguez y las 99 comparecencias y 88 veces al bate de los habaneros.
La suma de esos parámetros, por ambos conjuntos, se elevó hasta 192 y 172, respectivamente, también récords de nuestros campeonatos al igual que las 57 asistencias defensivas realizadas entre ellos, de las que 30 correspondieron al Habana, con las que igualó el tope conseguido por Industriales ante Henequeneros en un choque que duró
20 entradas, efectuado el 23 de noviembre de 1986, en el propio parque Victoria de Girón.
El tiempo de duración del partido, de siete horas y 38 minutos, también se considera como marca para nuestros torneos.
Otro hecho destacado es que los receptores Pedro Luis Rodríguez, del Habana y Juan Manrique, de Matanzas, no abandonaron su posición durante las más de siete horas de juego.
Sin dudas, un juego para la historia con marcas que parecen irrompibles si tenemos en cuenta que con la aplicación de la regla de desempate denominada Schiller, por el apellido de su creador, resulta una quimera que un juego llegue a 25 entradas.
Francisco “Pancho” Soriano