Transmetro rodando a favor del pueblo
Argumentaron que ello les ocasiona dificultades en el desempeño de sus diversas funciones y a pesar de los disímiles intentos por comunicarse con el número telefónico del puesto de mando, no ha sido posible el contacto.
Interesado en esclarecer el asunto, este periodista visitó la sede de dicha entidad y recogió las declaraciones de algunos integrantes de su consejo de dirección, encabezado por Javier Tacher Pichardo, el director.
El pasado lunes 3 de julio, por ejemplo, de los 179 ómnibus que poseen, solo prestaban servicio 76, lo cual representa el 42 por ciento del parque disponible. Tacher Pichardo reconoció que para ofrecer un óptimo servicio al turismo han de tener activados 124 carros.
“En la actualidad las afectaciones no solo incluyen a la Zona 5, sino también a otras, dada la escasez y deterioro de neumáticos, principal causa de paralización. Específicamente, el carro 04036, destinado a dicha Zona, acusa evidente mal estado técnico por sus años de explotación, más las gomas en pésimas condiciones. De ahí la realidad de lo planteado. En aras de paliar la situación decidimos poner en ese turno otro vehículo, el 04073, pero también ha presentado inconsistencias en su prestación originadas por averías. Hoy amaneció roto”, enfatizó el directivo.
“La alternativa del Mitrans –acotó- es el empleo de algunos de estos ómnibus en segunda posición. Se explica de la siguiente manera: cuando el carro cumple con su recorrido normal hasta Varadero, entonces regresa a Matanzas a recoger trabajadores en otro punto de salida, lo cual motiva indeseables atrasos. El resto, toda vez culminada la ruta, vuelven a partir desde el antiguo aeropuerto hasta la ciudad yumurina, como apoyo a la transportación del pueblo.
“La dirección nacional de la Empresa de Transportación de Trabajadores anunció que en los próximos días asignará varios recursos imprescindibles para el cumplimiento de nuestro objeto social, entre ellos neumáticos y baterías, que si bien no serán suficientes, mejorarán el coeficiente de disponibilidad técnica del parque automotor para transportar diariamente más de nueve mil 800 trabajadores”.
Otro tema destacado por Héctor Clark Torres, jefe de Operaciones de Transmetro Matanzas, fue la responsabilidad individual de los trabajadores que utilizan el servicio de su entidad en portar siempre la tarjeta correspondiente, lo cual evita anomalías en la salida del transporte.
Durante el recorrido por las instalaciones de la referida empresa, más allá de las carencias descritas, aprecié el compromiso de choferes, mecánicos y directivos por servir más y aportar soluciones. De hecho, ya se han ido borrando las huellas de la tardanza en la recogida de los trabajadores de la Zona 5.
Por último, resultaría vital el apoyo de Etecsa para eliminar la incomunicación telefónica con el puesto de mando. Entre todos, hagamos posible que Transmetro Matanzas siga rodando cada vez mejor.
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Este comentario lo inscribí al pie del artículo original, en Girón.
Hace unos momentos, ví una larga fila de trabajadores cardenenses, desde la autopista hacia la entrada del hotel, exponiendo que habían tenido que venir «por la calle» y pagando a terceros, pues primaba su interés de llegar, incorporarse a su labor, o quizás sustituir a su compañero, del turno anterior. Su ruta habitual había sido fallo, hecho reiterado con asiduidad.
Al ver reeditado aquí el artículo, visualicé la utilidad de reeditar asimismo el comentario.
Estimado Fernando:
No son «algunos trabajadores» ni sólo «inconformidades» de los trabajadores del polo con Transmetro. Es muy difícil encontrar a un trabajador, sea del Mintur o incluso de Gaviota, satisfecho con la transportista oficial. Al contrario. Es muy popular la interpretación de que el «rayito» pintado de rojo sobre el letrero que identifica a sus ómnibus solo significa la rapidez con que te dejan «botao».
Las limitaciones materiales de estos tiempos y sus manifestaciones en este sector (combustible, gomas, baterías y otros) son conocidas, a veces tienen mayor impacto, a veces menor, pero seguirán manifestándose, y las soluciones tendrán que ser, a pesar de ellas, y contando con ellas. Muchas veces se evidencia que con mejor organización se optimizan resultados.
Es de reconocer el esfuerzo de sus directivos, personalmente he constatado en varias ocasiones en que hacen acto de presencia Tacher, Clark y el compañero grueso en paradas y puntos de recorrido en momentos neurálgicos, ante la falla casi diaria de varios ómnibus en una y otra ruta, realizan en campo gestiones organizativas, paran ómnibus con capacidad, los rellenan con personal afectado por los «fallos» y apelan al convencimiento y a la buena voluntad de los choferes.
Las segundas posiciones, es decir, un ómnibus que ya realizó un primer viaje, y al regreso, toma un segundo (no voy a referirme al nivel de cansancio del chófer, ni a su estado anímico, al ser obligado a doblar turnos), para trasladar a esos trabajadores hasta su puesto de labor, sea un hotel o en actividades extrahoteleras, es una solución de transportación, pero que no garantiza ni siquiera la puntualidad a esos trabajadores. Unos desisten del viaje, otros, al llegar tarde, pierden un irrecuperable tiempo de trabajo; una tarea dentro de la instalación, que requería una cobertura de ejecutantes, se tiene que suspender, o no se realiza con la calidad requerida, en detrimento del servicio. Súmele que el turismo es de servicio continuo, muchos de los que arriban deben relevar a otros, del turno anterior, en fin, que la segunda posición, como solución de transportación, es sumamente problemática para el sector turístico