El transporte público
El tema transporte público se mantiene como tarea pendiente y se impone, a nuestro juicio, sancionar con rigor, a los incumplidores de lo establecido.
El tema transporte público se mantiene como tarea pendiente y se impone, a nuestro juicio, sancionar con rigor, a los incumplidores de lo establecido.
Vivimos tiempos de escasez extrema y dificultades en las que los humanos hemos de unirnos y colaborar, entre todos, para atenuar los efectos de los problemas cotidianos.
Resulta inconcebible que autos estatales ligeros, algunos conducidos por dirigentes administrativos, pasen indolentes por las paradas repletas de personas que esperan para llegar al trabajo o regresar a casa.
Del mismo modo ómnibus de todo tipo, cuyos choferes conducen por el centro de la vía, muchas veces declinan el rostro, en señal de desprecio, por quienes desesperan.
No pueden quedar estos temas a la espontaneidad, a que aparezca un ser caritativo, y sí que los hay. Se impone multar, sancionar, retirar la licencia, según sea el caso, a los indolentes.
La agudeza de las dificultades se ven aumentadas, en infinidad de casos, por el desorden, las indisciplinas e incumplimientos y hasta por el maltrato de funcionarios públicos, tema que abordaremos próximamente.