Es la hora de los convenios colectivos de trabajo
Si hace un tiempo atrás en la Empresa municipal de Comercio Matanzas se hubiera utilizado correctamente el Convenio Colectivo de Trabajo (CCT), tres de sus empleados no hubieran tenido que apelar al Tribunal Municipal Popular, luego de ser sancionados por su administración y que el Órgano de Justicia Laboral fallara en su contra, en franca irreverencia a los requisitos normativos sobre la idoneidad demostrada.
En cambio, ellos no sabían que en las letras del CCT estaba su salvación. Increíblemente, ni lo conocían los sancionados ni lo sancionadores. Era suficiente desempolvar el documento, leerlo.
A pesar de su importancia, de ser la Carta Magna de los centros laborales, el CCT se sigue restando importancia, y ello es bueno ni para empleadores, ni mucho menos para los empleados.
“Al instrumento jurídico debe concedérsele total prioridad”, se adelanta en decir desde la Central de Trabajadores de Cuba (CTC) en Matanzas, Taimy Martínez Domínguez, responsable de la esfera de Asuntos Laborales y Sociales.
Para la dirigente, aún no existe conciencia plena de la relevancia del CCT, y ello reitera la idea de lo estratégico de capacitar a cuadros sindicales para que a su vez le muestren a los afiliados la utilidad de la norma jurídica, llamada a contextualizar lo legislado en materia laboral en cada entidad empresarial o presupuestada.
En la oficina que ocupa junto al funcionario Camilo Pérez en la sede de la CTC, en la calle Milanés, entre Dos de Mayo y Manzaneda, Martínez ponderó como momentos significativos las indicaciones llegadas desde el organismo superior en el mes enero y luego, en abril, la firma entre los sindicatos nacionales y los misterios de los Lineamientos Generales para la negociación colectiva.
“El objetivo es lograr calidad en los CCT, y que satisfagan con creces la función de poner de acuerdo a todas las partes que intervienen en el proceso productivo o los servicios para que cumplan su objeto social con eficiencia”, sostuvo Martínez.
Para conseguirlo y firmar en julio los CCT, precisó, primero deben vencerse fases estratégicas como la elaboración de los diagnósticos, de la creación de un objetivo banco de problemas, coherentes con los temas que afectan o preocupan a los empleados.
Lo otro, dijo, es conseguir elaborar un buen proyecto de CCT, que vaya luego al examen exhaustivo en la asamblea de afiliados y trabajadores, para que se corrija o enriquezca.
Camilo Pérez se refirió al desafío del Sindicato y los empleadores para que en el CCT aparezcan tópicos esenciales como el de elaboración y aprobación del plan económico-financiero, sistemas de pago estimulantes, el destino de las utilidades y su distribución, pago por alto desempeño, o cuestiones como la evaluación del desempeño, el trabajo a distancia, la Seguridad y Salud en el Trabajo…
Según el criterio de Martínez, esto solo se concretaría con buenas comisiones negociadoras. “Por eso hemos concentrado esfuerzos en este sentido. Insistiendo en la inclusión en la parte sindical de compañeros conocedores, con capacidad para interpretar normas jurídicas, que estén aptos para el análisis, la discusión verdadera, para que la negociación no se convierta en un acto formal”, remarcó.
Se refirió al papel desempeñado por un grupo multidisciplinario, incluidos integrantes de la filial provincial de la Asociación Nacional de Economistas y Contadores y personal de capacitación de la CTC, que asesoran y visitan los colectivos laborales.
