La comunicación en época de crisis
Hay acontecimientos en la vida que te remontan a años atrás, suerte que tiene la mente de trasladarse tan rápido. Por ejemplo, el ciclón que nos amenazaba y fue real su paso por tierra cubana, y un apagón, que al momento de este pensamiento sobrepasaba las 30 horas, me trasladó a cuando era niño y mi padre me contaba de cómo los campesinos se enteraban de la proximidad de uno de ellos.
En aquella época no existían los medios de comunicación que hay ahora, tampoco existía la Defensa Civil y mucho menos Internet. Mi papá me narraba que cuando había un ciclón, sólo se contaba con los partes que ofrecía el ingeniero, capitán de corbeta, meteorólogo y climatólogo cubano José Carlos Millás.
Cuando aquello Meteorología no contaba con radares ni otros medios como ahora. Se decía que los partes de Millás eran certeros para el momento, ahora el equipamiento permite mayor precisión. En los campos se vivía a oscuras, tanto por la falta de electricidad, como por la información. Los campesinos se enteraban de la proximidad de un ciclón por la Guardia Rural, que en parejas, a caballo, recorrían los campos dando el parte y solicitando a los lugareños que los transmitieran al resto de los vecinos. Este método era efectivo a falta de otros medios.
Estamos en el siglo XXI, con todos los adelantos de la Ciencia y la Técnica, con experiencia acumulada y organismos encargados de transmitir la información.
No me voy a referir a los campos de antaño, sino a la ciudad de Matanzas, donde previo al ciclón muchos barrios estuvieron desinformados, por no contar con fluido eléctrico. Es cierto que se habilitaron teléfonos para que el pueblo se orientara, lo que se puede incluir entre las distintas formas de comunicación, pero no la más efectiva.
Se conoce que la población no posee radios portátiles, que los celulares se descargan por tanto tiempo sin electricidad. No hubo, y no queremos que exista, la guardia rural para que nos informe de la trayectoria de la tormenta.
No solo de la tormenta, sino también del tormento de no tener electricidad por más de 30 horas. Estamos en el siglo XXI, tenemos una Ley de Comunicación Social recién aprobada, la que en su Capítulo VII aborda la Comunicación en tiempos de crisis, en cuyo cuerpo legal hay varios incisos que hablan de lo que es crisis y la necesidad de adoptar medidas para eliminarlas, atenuarlas o al menos informar las causas y lo que se está haciendo.
Considero que a falta de información por los medios tradicionales se podía haber acondicionado un carro altoparlante, que funcionara como radio base, para comunicar y alertar a la población. También se puede encargar a los centros que tienen plantas eléctricas para que se conviertan en repetidores de las señales de la televisión o la radio e incluso divulgar medidas locales, de interés para la comunidad. Recordemos que la información es un derecho del ciudadano.