15 de junio de 2025

Radio 26 – Matanzas, Cuba

Emisora provincial de Matanzas, Cuba, La Radio de tu Corazón

Matanceros en el Camagüey

Viví seis días en el Camagüey de principios del siglo XX, dormí en un hotel de 1907, impecable, con una legión de trabajadores atentos, prestos a servirte y poner en alto, para ello, hasta el más mínimo detalle.
Camagüey

Ilustración de Más Cuba.

Sorprende estar en el Camagüey. Sobrecoge caminar las mismas calles adoquinadas que un día anduvo el Mayor. Asombra el estado de conservación de su patrimonio, con sus 17 hoteles, sus bellísimas iglesias y sus angostas calles.

Camagüey
Plaza del Carmen., donde se levanta la iglesia de Nuestra Señora del Carmen, de 1825, el único templo con dos torres en la ciudad.

Ni un basurero en alguna esquina. Claro, Camagüey es muy llano, vi recoger desechos con una carreta halada por un caballo. Tal vez en los lugares llanos de mi ciudad también se pudiera hacer así.

Pero es que, además, allá hay una cultura (¿o una conciencia?) de mantener la ciudad limpia. En seis días en el Camagüey solo encontramos papeles en las afueras de un pequeño comercio de golosinas y chucherías. Todo lo demás, incluyendo parques y sus diversas plazas, limpias, sin una basurita.

Visitamos tiendas, panaderías, cafeterías, restaurantes, heladerías…, todo lo que uno anda cuando sale de su provincia, y la atención en todas fue la mejor. Quieren, necesitan vender y saben atender y atraer bien al público para lograrlo.

Camagüey
El edificio pintado de azul es el hermoso Centro de Convenciones camagüeyano. En un lateral, en verde, Radio Cadena Agramonte.

Anduvimos Camagüey y tampoco encontramos un baño público sucio. Impacta el Camagüey.

Sus 17 hoteles prestos a recibir a cualquier huésped y sus iglesias y museos, restaurados, conservados, bellísimos. Los camagüeyanos aún extrañan y hablan de Tapia y entonan El Mayor, de Silvio, como si fuera su himno.

Pudiera ser que en las afueras, en la periferia, no todo sea “color de rosa”, pero el casco histórico, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 2008, hace 17 años, es, verdaderamente, admirable.

Allí tuve la misma sensación que experimenté en el 2014 en Pinar del Río y en el 2018 en Cienfuegos, lugares donde estuve varios días, siempre por cuestiones de trabajo. Me conmovieron y me dolió aún más Matanzas, la cuna del danzón, nuestro baile nacional, de White, de Milanés, de Plácido, de Carilda, donde –no tengo temor al decirlo-, se hace el mejor teatro para niños en Cuba; la Atenas…

Bebedora del agua del Pon Pon desde muy niña, orgullosa del estoico Teatro Sauto; de su botica francesa; de los mares que rodean la ciudad; de su Pan “que tiene sueño”; de sus puentes, centenarios todos; de los trenes que la cruzan hacia la inmensidad; de lo que queda de su arquitectura en madera, me duele Matanzas.

Viví seis días en el Camagüey de principios del siglo XX, dormí en un hotel de 1907, impecable, con una legión de trabajadores atentos, prestos a servirte y poner en alto, para ello, hasta el más mínimo detalle.

Camagüey
Foto: Regla Llorente.

Camagüey                                              Foto: Regla Llorente.

Camagüey.
Foto: Regle Llorente.
Camagüey
Foto: Regle Llorente.

Debo decir que sufren apagones igual que todos los cubanos: nueve horas sin corriente y tres con ella, PROGRAMADOS. Que tienen las mismas carencias nuestras, pero desde temprano y hasta en la noche se adueñan de sus calles para darle vida a la ciudad. Asombra el Camagüey.

Camagüey, la tierra de Ignacio Agramonte, el Bayardo; de Finlay: de Gertrudis Gómez de Avellaneda; de Nicolás Guillén, uno de los tres Poetas Nacionales cubanos; y de Ana Betancourt, recibió durante seis días a delegados del país que asistieron al XXXVI Festival Nacional de la Radio Cubana.

¡Gracias al Camagüey! ¡Gracias a la Radio Cubana!

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