Las luces de Eddy
Eddy García Otero posee un reconocido aval como innovador. Con su trabajo centrado en la construcción de un instrumento para medir el estado de los sensores de presión vinculado con el rescate de las máquinas de anestesia del hospital territorial docente Mario Muñoz Monroy, de Colón, recibió la categoría de Destacado en el Foro Nacional de la Asociación Nacional de Innovadores y Racionalizadores en 2023, al presentar el resultado de un instrumento que mide la calidad de las piezas que se usan en esas máquinas.
Natural del municipio de Perico y graduado de Ingeniería Biomédica en la Universidad Tecnológica de La Habana José Antonio Echeverría en 2017, Eddy hoy labora en el Centro de Electromedicina del municipio de Colón. Se trata de un joven que desde el anonimato y en el silencio de un taller invierte muchas horas para revertir situaciones complejas que se presentan en los centros de la salud de su territorio.
«El encanto de esta carrera es cuando uno aplica todas las ciencias básicas, como Electrónica y Mecánica, Matemática y Física, y cómo aplicas todo eso a la Medicina. Tenemos que pensar como médico, porque somos científicos, aunque a veces nos miren como reparadores. Hay que conocer sobre el organismo humano, cómo mides las señales en el organismo, las señales eléctricas, eso tiene su física y su matemática, fuera ya de lo biológico», cuenta.
Añade sobre su preparación en la universidad: «Me ha servido de mucho, toda la teoría me ha ayudado en la práctica cotidiana, me ha dado más posibilidades para innovar e inventar, y buscar soluciones a los problemas. Uno puede pensar una cosa, pero si el colectivo de trabajo no te apoya, es más difícil hacer algo uno solo.
«Hay muchos equipos parados, pero siempre se resuelve, se trata de inventar algo para echarlos a andar. Es complejo porque no es lo mismo un equipo industrial doméstico del hogar que uno para atender a las personas. Ya eso lleva mucho rigor y normativas de seguridad que hay que cumplir, no puede hacerse nada a la ligera, hay que tener una certificación de lo que se va a hacer, que tenga estabilidad, calidad y seguridad.
«El año pasado presenté al foro de la ANIR un trabajo sobre las máquinas de anestesia del hospital colombino, pues con anterioridad se habían parado los servicios del salón de operaciones por las máquinas de anestesia, las cuales son de una tecnología muy antigua, y a través de un dispositivo que fabriqué pude echar a andar todos esos equipos. Había dos rotos de los tres con que cuenta el hospital».
—¿En qué consistió el dispositivo?
—Estuve mucho tiempo digitalizando todo el sistema, hice muchos estudios junto a mi colectivo de Electromedicina. El dispositivo me daba la calidad de unos sensores que es lo fundamental en ese tipo de equipo, que mide la presión y los parámetros de ventilación en los pacientes.
«Ese dispositivo me daba la certeza y seguridad de que la pieza que yo estaba recuperando de otro equipo servía para esa máquina de anestesia, y que podíamos ponerla a trabajar con calidad y mucha
estabilidad, porque es algo que está directo al paciente. Es su respiración en ese momento, para decirlo con otras palabras.
«La rotura de una de las máquinas de anestesia Takaoka, por problemas en la tarjeta de ventilador y el ciclo de ventilación, fue la problemática que nos condujo a construir un dispositivo que fuera capaz de simular los parámetros de una máquina para probar los sensores. Teníamos parada una máquina sin solución desde 2020 por problemas en la tarjeta de conversión, que lee los parámetros de presión. La incógnita era si el problema lo generaba la tarjeta o los sensores de presión.
«Esto nos motivó a la construcción de un instrumento que simulara los parámetros del sensor propio de la máquina para descartar entre la tarjeta y los sensores. En ese período algunos pacientes se tenían que trasladar a la ciudad de Matanzas para las cirugías, y el listado de pacientes pendientes era grande».
—¿Qué se logró con la solución que propusiste?
—Con la facilidad de construcción de este instrumento se pudo dar solución a diferentes máquinas de anestesia, y se garantiza así la vitalidad del servicio de anestesiología de la institución hospitalaria. Además, se logró definir el estado y la estabilidad de los sensores de presión utilizados en los diferentes equipos de ventilación. Igualmente, se obtiene información numérica para cada sensor que posteriormente puede ser representada de forma gráfica para comprobar su linealidad.
«Hicimos una corrida de presión desde un punto inicial hasta un punto final, tomando medidas de presión contra salida con el fin de obtener una serie de datos consecutivos que pueden ser representados en una gráfica, en la que se puede observar si la respuesta del sensor es lineal y simula con los parámetros y pendiente que da el fabricante».
—¿Es una tarea ardua ante tecnologías obsoletas?
—Todos los días en las instituciones de Salud hay algún problema con las tecnologías. He trabajado en el mantenimiento y reparación de los dos ultrasonidos, y los ha echado a andar porque a veces se bloquean en la autoclave.
Eddy ama su profesión y no escatima tiempo para solucionar los problemas tecnológicos. Fotos: Hugo García
«No hay piezas de repuesto por la situación económica y el bloqueo estadounidense. Empresas que distribuyen partes y piezas no pueden venderlas a Cuba por ese bloqueo, que cierra contratos».
—¿Te has mantenido en tu puesto de trabajo aun con todos los inconvenientes cotidianos?
—No pienso moverme de aquí. En mi colectivo hay mucho compañerismo y armonía. Somos como familia y eso ayuda a seguir. He tenido propuestas de trabajo mejor remuneradas, pero conozco la importancia de mi labor para mantener la vitalidad de los servicios de Salud.
- Hugo García/ Juventud Rebelde