Con apenas cinco jits, el equipo Cuba de béisbol noqueó hoy 11-1 al pálido elenco de Islas Vírgenes de los Estados Unidos, en el inicio de la V Copa del Caribe con sede en Puerto Rico.
Béisbol
En la tarde de ayer jueves los Alazanes de Granma vencieron tres carreras por una al Fargo-Moorehead, de los Estados Unidos, como parte de la primera jornada del novedoso torneo de la Liga de Campeones del Béisbol.
El grupo de 36 atletas, bajo la dirección del santiaguero Eddy Cajigal, se preparará desde el 30 de septiembre en el estadio matancero Victoria de Girón.
Por lo pronto, para mi descontento y el de muchos amantes del deporte de las bolas y los strikes, los colosos deportivos harán mutis al menos para los atletas de la categoría sub 23, los que ven lastrada su esperanza de jugar béisbol.
Escuchando a mi abuelo, admiré la estirpe fildeadora de Isasi, los pivoteos relampagueantes y la defensa de lujo alrededor de la segunda almohadilla
Pelotero de la gorra a los spike. De piernas veloces, era excelente tocador y muy astuto en el robo de bases. Parecía dotado de una habilidad milagrosa para fildear y sacar la bola del guante.
En los primeros minutos de conversación con Orlando Díaz Fernández, en su vivienda del poblado cardenense de Guásimas, pude comprobar su pasión por el béisbol.
La lista incluye seis receptores, entre ellos los matanceros Ariel Martínez y Andrys Pérez, al tiempo que fueron llamados los jóvenes villaclareños Ariel Pestano (hijo) y Leonardo Montero.
Una ofensiva imparable y un cuerpo de lanzadores indescifrable fueron claves para que los Leñadores volvieran al trono de la Serie Nacional de Béisbol, esta vez en su edición no. 62.
Jonder confía en sus muchachos, sabe que saldrán a darlo todo; y si le preguntas qué va a hacer Matanzas, te responde sin dudarlo: «Matanzas: buscar el título otra vez».
En la tarde de este viernes en el estadio Julio Antonio Mella de Las Tunas los locales vencieron por segunda ocasión consecutiva a Matanzas en el play off semifinal de la 62 Serie Nacional de Béisbol, choque que culminó con un aplastante marcador de 11-4.
Al final, aquel tipo que le cayó “a palo limpio” a los mejores serpentineros del mundo no pudo eludir las complicaciones derivadas de la diabetes mellitus, enfermedad que lo mantuvo en jaque por muchos años.