El juicio contra Ana Belén Montes no fue simplemente un caso contra una oficial que tuvo la temeridad de alertar los abusos contra un país que no le hizo nunca daño a Estados Unidos, mientras que desde ese territorio se ha alentado el terrorismo, el magnicidio y el exterminio por “hambre y desesperación”, como expresaron abiertamente hace 60 años los que diseñaron el bloqueo contra Cuba.