14 de enero de 2025

Radio 26 – Matanzas, Cuba

Emisora provincial de Matanzas, Cuba, La Radio de tu Corazón

Antonio Maceo: el eterno Titán

El 7 de diciembre de 1896 la columna española del coronel Francisco Cirujeda sorprendió al flanco del Titán, quien lejos de retirarse empuñó por última vez el machete (...) y sucumbió, glorioso, al inmortal abrazo de la eternidad.

Cual resumen de las más cimeras valentía, perspicacia e intransigencia revolucionarias, el Titán de Bronce de Cuba, Antonio Maceo Grajales, se erige como uno de los más memorables exponentes de la insurgencia mambí que durante el siglo XIX sentó las bases para la secular gesta emancipadora que hasta 1959 atravesó la mayor de las Antillas.

Desde su incorporación a la Guerra de los Diez Años, a pocas jornadas del estallido independentista iniciado por Carlos Manuel de Céspedes en 1868 en La Demajagua, este vivaz santiaguero nacido el 14 de junio de 1845, se convirtió en pieza clave de la contienda gracias a su sólida formación ética, moral e intelectual, que lo catapultó a la cúspide del liderazgo revolucionario.

A la excepcional y creciente destreza militar que evidenció en sus más de 600 combates, han de sumarse su madurez política para hacer frente a las sediciones militares acaecidas en Lagunas de Varona y Santa Rita y su rechazo al Pacto del Zanjón como paladín de la ilustre protesta que el 15 de marzo de 1878 arremetió en Baraguá contra la servil posición por la que abogaba el español Arsenio Martínez Campos para el destino de la Isla.

En vano resultaron las múltiples campañas de desprestigio y malintencionadas persecuciones a su persona, pues desde el exilio el primogénito de Mariana Grajales continuó una intensa actividad insurreccional que, amenizada por su carisma e inteligencia, le valió la simpatía y admiración de diversas personalidades, desde políticos y militares latinoamericanos hasta intelectuales y artistas de su tierra natal.

La Guerra Necesaria concretó su reinicio en febrero de 1895 y, tras su desembarco por Baracoa y la inmediata contundencia de sus bregar ante el encarnizado recibimiento enemigo, la prensa internacional hizo eco de su regreso a suelo patrio y se revitalizó la esperanza libertaria en la movilización de la insurgencia antillana.

Durante este período, Maceo, consolidado como Lugarteniente General del Ejército Libertador, lideró la Invasión a Occidente, una de las más audaces y significativas hazañas militares del continente y que evidenció su elevada sagacidad para llevar a cabo acciones de gran envergadura en el campo de batalla.

El 7 de diciembre de 1896 la columna española del coronel Francisco Cirujeda sorprendió al flanco del Titán, quien lejos de retirarse empuñó por última vez el machete, demostró nuevamente la indomable naturaleza de su ser, su brillantez estratégica y pertinaz anhelo de una Cuba libre, soberana e independiente, y sucumbió, glorioso, al inmortal abrazo de la eternidad.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *