En varias fotos publicadas por la institución de salud se aprecia a directivos del centro en el momento en que reciben el equipo. Estos directivos son representantes del Estado y el Gobierno.
Siguiendo la lógica de un ser despreciable y abyecto como Marco Rubio, en caso de ser el Departamento de Estado de Estados Unidos quien enviara ese Tomógrafo los pacientes y los familiares de los pacientes serían los únicos autorizados a recibir y descargar el equipo, y para más desatino, también instalarlo a pesar de todos los requerimientos técnicos de un equipamiento de este tipo.
Esa siempre ha sido la premisa irracional y malintencionada de los Estados Unidos cada vez que proponen una ayuda humanitaria a Cuba ante cualquier fenómeno natural que afecta a la isla.
En días recientes se hizo pública la decisión del país norteño de dejar a Cuba fuera de cualquiera ayuda posible.
Ante la desaprobación internacional que provocara este actuar inhumano no les quedó más remedio que anunciar una supuesta ayuda para la mayor de las Antillas, pero siempre motivada más por crear enfrentamientos con el gobierno cubano, que brindar una ayuda desinteresada a los damnificados del huracán Melissa.
Cuba mantiene relaciones estrechas con cientos de organizaciones internacionales que durante décadas han entregado donativos que siempre llegan al pueblo cubano mediante un proceso de recepción, calificación, distribución que debe contar necesariamente con apoyo logístico del gobierno y sus estructuras organizativas, que existen y funcionan.
Exigir un mayor control que evite desvíos me parece loable, y hasta justo. En los propios Estados Unidos se han convertido en titulares muchos casos de fraudes tras los intentos de ayudas humanitarias a países en crisis, incluso en el interior de la nación norteamericana, como sucediera tras el paso de Katrina, que no solo dejó el saldo de 1200 muertos, si no además incontables denuncias de negocios turbios y de sonados casos de corrupción con los fondos dirigidos a los afectados por el huracán.
Pero de ahí a pretender ayudar al pueblo cubano ignorando el papel del gobierno es una jugada vil para politizar la situación en momentos de tanto apremio ante el elevado número de personas afectadas y necesitadas de esos recursos.
Al secretario del departamento de estado, célebre por sus posturas anticubanas, no le interesa realmente ayudar al pueblo de la Isla, más bien crear cizaña en tiempos de crisis, y por supuestos que muchos incautos, y otros que no lo son tanto, caerán en su juego.
Los gestos solidarios sinceros que nacen de las almas puras llegarán sin tanta alharaca. De hecho antes de sentirse en las provincias orientales la furia desatada de Melissa, ya en muchos almacenes de esa región oriental se conservaban toneladas de recursos enviados previamente por organizaciones como la Unicef, que trabajan verdaderamente para sanar y ayudar. La acciones protagonizadas por Marco Rubio y los Estados Unidos no es más que politiquería barata, porque los gestos nobles y solidarios nunca se condicionan.
Imagen: Caricatura tomada de Internet