2 de abril de 2025

Radio 26 – Matanzas, Cuba

Emisora provincial de Matanzas, Cuba, La Radio de tu Corazón

Los que se van…, Los que nos quedamos…

Pero lo real es que adonde llegan se llevan el pasaporte de cubanía que no cabe en una maleta y solo desean que Cuba mejore un día para regresar.

Quizás todo eso es poco y es mucho. Y así se confirmó hace solo unos días cuando supimos que somos hoy en este archipiélago menos de diez millones, es decir, casi la misma población de 1985.

Y no es que las comparaciones sean malas por sí mismas, sino que las lecturas son múltiples y van desde los hijos que no quieren pasar el mismo sacrificio de sus padres; hasta los padres que no pueden retener en esta tierra a sus hijos por mucho amor, dedicación y platos de comida que se hayan quitado para dárselos porque lo sintieron y fueron educados así, sin pedir por eso ningún título honorífico que no sea una sonrisa agradecida.

Los datos expuestos por la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI) en la última sesión de la Asamblea Nacional del Poder Popular no eran solo para ilustrar o enlazar números y más números ante la cara sorprendida de algunos diputados y seguidores por la televisión de esa sesión ordinaria.

Muchos ya sabíamos que tantas caras ausentes en los sofás de las casas, en las esquinas del barrio o el parque, en las fábricas, en las oficinas y en los campos carmelitas y enyerbados, no eran imaginación garciamarquiana, sino realidades que hoy mismo nadie puede asegurar que no siga aumentando. Y con ello, seríamos menos manos, corazones y vidas para echar pa´lante un país, una nación, un proyecto que dio luz, mucha luz, pero hoy anda con foco rojo de emergencia en cuanto a alimentos, transporte, vivienda, economía…. y valores.

Quizás pocos pueden interpretar números con sentimientos. Y al mismo tiempo polemizar en conceptos y leyes aprobadas sobre Migración, Ciudadanía y Extranjería, por demás necesarias dada la carencia de un cuerpo legislativo al respecto.

Pero ser cubanos sigue siendo más que un pasaporte azul; que la condición de portar o no una ciudadanía; y que vivir trabajando horas y horas en el exterior para ayudar a la familia y hasta amores virtuales, por cierto, esto último cada vez más de moda, como si eso sustituyera el beso, el abrazo y una caricia física.

Los economistas siguen polemizando sobre los que se van y los que nos quedamos a partir de inversiones en tal o más cual rama (turismo y no agricultura, por ejemplo), proyectos mal ejecutados, medidas más o menos efectivas e inflación en curva (a ratos arriba, a ratos abajo el cambio de USD, MLC y CUP).

Los políticos hacen otro tanto y tienen razón también cuando hablan de la afectación del bloqueo estadounidense para mejorar el nivel de vida de los que nos quedamos. ¿Y quién escucha o polemiza con el corazón de las familias, rasgadas hasta la médula por una pandemia desoladora, desilusiones y neglicencias sin castigo; y por el retorno a pagarlo todo si quieres resolver o tener algo, incluso un servicio hospitalario o una buena repasadora para que el niño aprenda y pueda llegar al Pre o la Universidad?

El hecho de que más de un millón de cubanos hayan emigrado entre 2021 y 2023 podremos seguirlo estudiando, diagnosticando y valorando con miles de técnicas y metodologías. Pero lo real es que adonde llegan se llevan el pasaporte de cubanía que no cabe en una maleta y solo desean que Cuba mejore un día para regresar y ser felices con dominó, ajiacos, patacones, béisbol en el estadio, una cerveza bien fría en casa del socio o el bar de la esquina.

Solo desean ser felices con la única Cuba verdadera: la que cada quien lleva en sus venas sin transfusión, pero con respiración agitada, muy agitada para verla nuevamente sonreír.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *