Recuperación de espacios, un compromiso con el desarrollo local (+fotos y audios)
El primer secretario del Comité Central del Partido y presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez ha insistido en que “los espacios públicos deben tener vida cultural y política, y no pueden perder su esencia”.
Bajo esa premisa, el país impulsa un movimiento que busca rescatar inmuebles en desuso, revitalizar áreas deterioradas y devolverles su función social. No se trata solo de reparar paredes o techos: hablamos de devolver a la población lugares que generan cohesión, identidad y oportunidades.
El marco legal cubano reconoce que la planificación territorial y urbana es clave para asegurar un entorno sano, equilibrado y sostenible. La Ley 145/2022, aprobada por la Asamblea Nacional del Poder Popular, regula cómo deben gestionarse los suelos y espacios públicos, con el propósito de mejorar la calidad de vida de los ciudadanos y fortalecer la identidad cultural y social del país.
Bajo esta normativa, la recuperación de locales en desuso se convierte en una acción estratégica que no solo ordena el espacio urbano, sino que también devuelve a la comunidad lugares útiles para su desarrollo.
En Pedro Betancourt, esta visión se concreta en proyectos que rescatan inmuebles y los ponen al servicio de la población. Así lo confirmó a nuestra emisora Mardiel Surí González, vicepresidente de la Asamblea Municipal del Poder Popular:
Surí González añadió que el rescate de estos espacios sociales no solo contribuye al ordenamiento de la ciudad, sino también al fortalecimiento de la dinámica económica y social del municipio.
Ejemplo claro de ello es el local donde radica actualmente la mipyme TecnoFrío-Sociedad Unipersonal de Responsabilidad Limitada (SURL), dedicada a la reparación y mantenimiento de equipos de refrigeración y climatización:
TecnoFrío ha abierto un camino de oportunidades para jóvenes técnicos, garantizando empleo decoroso y salarios que responden a sus necesidades.

Su aporte no se limita al ámbito laboral: la empresa contribuye con ingresos al desarrollo local y cumple con las tareas asignadas por el municipio.
El impacto de esta experiencia fue reconocido en noviembre de 2024, cuando el presidente Miguel Díaz-Canel visitó sus instalaciones y destacó la necesidad de generalizar prácticas como estas en otros territorios.
Un inmueble puede transitar de la quietud al protagonismo cuando se reinventa para servir a la comunidad. Tal fue el caso del otrora restaurante El Rex, un espacio que permaneció sin uso durante años y que, tras un arduo proceso de recuperación, hoy alberga la sede de la mipyme TECNOFRÍO-SURL.
Esta entidad, al decir de su director Noslén Hernández Suárez, nació con la vocación de aprovechar un local recuperado para brindar soluciones técnicas en refrigeración y climatización, convirtiendo un espacio sin función en el corazón de una nueva empresa estatal.
La instalación en el centro del pueblo marcó un punto de inflexión. Desde allí, TecnoFrío comenzó a expandirse, incorporó nuevas regulaciones, sistemas de pago modernos y una cartera creciente de clientes y se ha consolidado como un eje económico del municipio, con servicios que abarcan hospitales, círculos infantiles e instituciones educacionales de toda la provincia.
El respaldo de TecnoFrío a familias vulnerables y centros comunitarios lo consolida como referente de solidaridad y motor del bienestar en la comunidad betancourense.
La recuperación del antiguo restaurante El Rex para convertirlo en sede de TecnoFrío-SURL demuestra que cada espacio en desuso puede transformarse en oportunidad.

No se trata solo de levantar paredes o adecuar locales, sino de rescatar áreas que parecían condenadas al abandono y darles un nuevo sentido al servicio de la comunidad.
La reutilización de infraestructuras existentes evita pérdidas, revitaliza el entorno urbano y abre caminos para la creación de empleo y servicios esenciales.
El caso de TecnoFrío confirma que cuando un espacio se reinventa, también se fortalece la vida social y económica del territorio. La empresa no solo aporta soluciones técnicas, sino que se convierte en símbolo de compromiso colectivo y en ejemplo de cómo la recuperación de locales puede convertirse en semilla de desarrollo.
Así, cada inmueble rescatado deja de ser un recuerdo del pasado y se convierte en protagonista del presente y del futuro de la comunidad.
