6 de octubre de 2024

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El día que Arnaldo Tamayo regresó a la Tierra

El día que Arnaldo Tamayo regresó a la Tierra, millones de cubanos regresaron con él. Sin dudas, todo el orgullo de su pueblo  lo acompañó durante aquella hazaña que convirtió al guantanamero en el primer cosmonauta de América Latina.
Arnaldo Tamayo fue uno de los tripulantes de la nave Soyuz 38, comandada por el coronel piloto Yuri V. Romanenko, héroe de la URSS. Foto: Tomada de Internet 

El día que Arnaldo Tamayo regresó a la Tierra, millones de cubanos regresaron con él. Sin dudas, todo el orgullo de su pueblo  lo acompañó durante aquella hazaña que convirtió al guantanamero en el primer cosmonauta de América Latina.

Cómo iba a imaginar aquel joven, cuyos primeros oficios habían sido limpiar botas y ayudar en una carpintería, que llegaría tan cerca de las estrellas. Con el triunfo de la Revolución supo que convertirse en piloto ya no sería un sueño inalcanzable, pero dependería también de su empeño.

Por eso Arnaldo Tamayo Méndez, no solo logró estudiar técnica de aviación sino que fue un estudiante inteligente y responsable entre los escogidos para cursar la carrera en la entonces Unión Soviética.

No sería su posición social o económica, sino sus grandes cualidades humanas y profesionales, las que lo convertirían más tarde, en uno de los tripulantes de la nave Soyuz 38, comandada por el coronel piloto Yuri V. Romanenko, héroe de la URSS.

Ese glorioso 18 de septiembre de 1980, su nombre encabezó los principales titulares. Aquel viaje al espacio, en el que representaba a su continente, pero también a África y al Tercer Mundo, permitió la ejecución de 20 trabajos preparados con alto rigor, en buena medida por profesionales de la Academia de Ciencias de Cuba.

Pero como diría el cosmonauta en una entrevista concedida a la periodista y profesora Iraida Calzadilla, en 1995: “La responsabilidad histórica recoge que fue Arnaldo Tamayo quien voló, pero Tamayo fue el hombre que al azar hizo el viaje en representación de su pueblo”.

Fue ese cubano modesto el que regresó el 26 de septiembre del propio año a la Tierra, donde fue condecorado con la primera medalla honorífica de Héroe de la República de Cuba. El resto de las medallas y conmemoraciones que recibió después, o sus responsabilidades como miembro de la Dirección Nacional de la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana, no aumentaron su ego, pero sí su inmenso regocijo tras aquella experiencia.

Arnaldo Tamayo siempre revivirá aquella vista del planeta desde el espacio sideral en la que, como él mismo expresó, se perdía durante sus momentos de descanso; mientras, cada 26 de septiembre el pueblo recuerda que el mismo niño apasionado por los aviones bajo el cielo de Guantánamo, llegó a convertirse en el cosmonauta número 100, el primer y único cubano en viajar a 550 kilómetros fuera de la Tierra.

 

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