30 de abril de 2024

Radio 26 – Matanzas, Cuba

Emisora provincial de Matanzas, Cuba, La Radio de tu Corazón

Fidel y su concepto de PUEBLO. Presencia de un enfoque SUR en su pensamiento desde el juicio del Moncada (3ra. parte)

El pueblo estaba en las enfermeras del Hospital Civil Saturnino Lora (...) ...fue ese el pueblo que pasadas horas del asalto y ante la cacería sanguinaria de los soldados de la tiranía, cuidó en sus casas a los jóvenes que salvaron la vida. Ese mismo pueblo protegió a Fidel y a un reducido grupo de compañeros.

El concepto de pueblo que ofrece Fidel en La Historia me Absolverá no es el resultado de una tesis defensista clásica, de un discurso hilvanado unilateralmente desde el Derecho, es más un concepto político que jurídico, que constituye al mismo tiempo raíz y savia de una Ciencia Política emergente, surgida para la emancipación, como voz de los oprimidos, de los explotados, de los colonizados, de los vilipendiados, de los pueblos subdesarrollados, una ciencia de los del Sur, sometidos por el Norte siempre colonizante, siempre avasallador, siempre “superior”.

El pueblo del que habló Fidel en el juicio del Moncada, no era aquel del que se mofaba la dictadura en su prensa acólita días después del asalto, al expresar, con mala fe, que el pueblo no había secundado al movimiento, lo que evidenciaba con ello la sumisión y la cobardía del propio pueblo. Ese pueblo que no se enteró de lo que ocurría en el Moncada, que inicialmente pensó que se trataba de un enfrentamiento entre soldados, al estar silenciados los medios de difusión masivos.

El pueblo estaba en las enfermeras del Hospital Civil Saturnino Lora, de Santiago de Cuba, que cargaron ellas mismas los fusiles de los combatientes moncadistas que habían tomado la posición y desde allí se defendían. El pueblo, enterado de la acción, sí había secundado el movimiento, fue ese el pueblo que pasadas horas del asalto y ante la cacería sanguinaria de los soldados de la tiranía, cuidó en sus casas a los jóvenes que salvaron la vida y que luego declararon en el sinuoso proceso judicial seguido contra los combatientes. Esos jóvenes le debían la vida a ese pueblo que los preservó, los cuidó y alimentó, de manera solidaria y valiente, pero declararlo así habría significado entonces una delación contra aquel pueblo. Ese mismo pueblo protegió a Fidel y a un reducido grupo de compañeros la semana siguiente, de resistencia, en las montañas próximas a Santiago de Cuba.

En el Programa anunciado por Fidel en el alegato de defensa por los sucesos del Moncada se anuncian las soluciones más perentorias que signarían un grupo de leyes por él enunciadas, entre ellas, la segunda ley revolucionaria, que concedía la propiedad inembargable e intransferible de la tierra a los colonos, subcolonos, arrendatarios, aparceros y precaristas que ocupasen parcelas de cinco o menos caballerías de tierra, indemnizando el Estado a sus anteriores propietarios a base de la renta que devengarían por dichas parcelas en un promedio de diez años.

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