En Feria, desprendimientos de libros, amor y justas reverencias (+Video)
Donar libros constituyó el primer acto de Ediciones Vigía en ocasión de la 31 Feria del Libro en Matanzas. Hasta el Centro de Documentación e Información Pedagógica en la urbe de ríos y puentes llegó la familia que hace ejemplares manufacturados para enriquecer los fondos de una institución que honra la vocación de servicio y deber de la bibliotecología.
Pero otros gestos de respeto y amor distinguieron la jornada del jueves reciente, en la cual quedó presta a la contemplación del público una muestra que reúne libros diseñados por Rolando Estévez Jordán, padre de la visualidad de Vigía, que pereció en enero último.
A los participantes en la inauguración la casa editorial obsequió una hermosa plaquette diseñada por Marialva Ríos a partir de un texto de Estévez seleccionado por Laura Ruiz Montes.
En palabras escritas especialmente por Laura para la ocasión, la prestigiosa autora y editora se refirió a Estévez como un hombre imposible de fijar en una definición única, porque su vida y su trabajo se movieron siempre entre el lino, el mimbre, la lana suave, las rugosidades del papel para techar casas coloniales, el junquillo, el yute, la sed, la cartulina de hilo, el carboncillo, el lápiz, la tempera, la acuarela, el óleo, la instalación, los diseños gráficos y editoriales, sus libros arte, su palabra poética, su pintura sobre cuerpos desnudos y, sobre todo, su creación de un rostro sólido y hermoso para Ediciones Vigía.
Todos sabemos que Estévez ha sido, es y seguirá siendo un hombre renacentista, pero la deslumbrante síntesis conceptual de sus diseños habla también de su cultura grecolatina, de sus sombras medievales, de su amplia capacidad de comunicación visual, de su propia antropología del mundo, sentenció Ruiz Montes.
A casa también llevaron los asistentes la plaquette 3 poemas de Fina, propuesta con diseño de Rocío Morejón que contiene textos de Fina García Marruz tomados del libro Créditos de Charlot.
Y no faltó Martí en tan emotiva jornada cargada de desprendimientos de afectos, admiración y creatividad. Adrián Gómez Sancho, en el recinto número uno de la calle de Magdalena, en la urbe de ríos y puentes, aportó a la Feria una exposición pictórica que evoca al más universal de los cubanos, ese que sin dudas fue un vigía de lo humano, luz para los que insisten en fundar.
