Las embarazadas y el síndrome febril inespecífico

Ante la circulación simultánea del dengue, chikungunya y oropouche en la provincia de Matanzas, las mujeres embarazadas se encuentran entre los grupos más vulnerables, así lo advierte el doctor Juan Carlos Perdomo Arrién, jefe del Grupo provincial de la Especialidad de Genética, quien explica que algunas de estas arbovirosis pueden afectar directamente al feto.
“El virus del Oropouche tiene demostrada transmisión vertical, lo que significa que puede pasar de la madre al hijo durante el embarazo y provocar alteraciones estructurales o funcionales en su desarrollo”, detalla el especialista.
De hecho, Cuba desarrolla desde agosto del año pasado un proyecto nacional que estudia los efectos teratogénicos del oropouche en fetos y neonatos, con la participación del Centro Nacional de Genética Médica, el Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí (IPK), las direcciones provinciales de Higiene, Epidemiología y la red de Genética Médica provincial.
En el caso del chikungunya, aunque la Organización Panamericana de la Salud no ha confirmado evidencias de defectos congénitos, en la región de las Américas se han documentado complicaciones cuando la madre enfrenta en fechas próximas a las últimas semanas del embarazo, entre ellas el óbito fetal, hemorragias, hipertensión materna . “Son estudios aún en curso, aclara el doctor Perdomo, pero nos obligan a mantener una estricta observación clínica y genética de las gestantes.”
El síntoma más preocupante en estos cuadros es la fiebre persistente, que en las embarazadas puede llegar a comprometer el bienestar fetal.
“Cuando la temperatura corporal de la madre se eleva por tiempo prolongado por más de 48 h y 38 grados centígrados el feto puede sufrir daños a nivel de estructuras del sistema nervioso central del futuro bebé con consecuencias irreversibles. Por eso la fiebre en una gestante nunca debe tomarse a la ligera.”
En esos casos, se recomienda controlar la temperatura con paños frescos, hidratación y paracetamol bajo prescripción médica, evitando los antinflamatorios no esteroideos teniendo en cuenta la diversidad de virus que circulan al mismo tiempo y que pueden afectar a la gestante, particularmente el dengue y sus complicaciones
El doctor Perdomo enfatiza que la prevención primaria es esencial y siempre será la mejor medicina.
Recomienda que las embarazadas se protejan de las picaduras de mosquitos, usar ropas ligeras y de mangas largas y pantalones frescos, no exponerse en los momentos de mayor circulación del mosquito, el atardecer y primeras horas del amanecer, usar mosquiteros y repelentes industriales o caseros.
“El embarazo no es solo de la mujer; es de la pareja, de la familia y también de la comunidad”, insiste.
Ante cualquier síndrome febril inespecífico en una gestante, el protocolo médico indica la toma de suero para IgM dengue al sexto día y la realización de PCR para chikungunya si se determina que la arbovirosis es por esta causa junto al seguimiento clínico y ultrasonográfico del embarazo en las consultas de genética comunitaria y las provinciales .
“No se puede perder tiempo, advierte el doctor. La atención médica inmediata puede evitar daños irreversibles en el bebé y sobretodo en la madre”.
El seguimiento continúa después del parto. Todo niño nacido de una madre que haya padecido una arbovirosis durante la gestación es evaluado durante su primer año de vida en los servicios de genética comunitaria, donde se vigilan su crecimiento, su desarrollo neurológico y la posible aparición de secuelas.
En caso de detectarse alteraciones prenatales o postnatales, las pacientes son remitidas a consultas provinciales de genética médica de nivel II para un estudio más profundo.
La situación epidemiológica actual exige una mirada integral. No basta con eliminar criaderos o aplicar medidas sanitarias. Como señala el doctor Perdomo, “la salud del futuro bebé empieza mucho antes del nacimiento cuando le garantizamos la mayor cantidad de salud posible dentro del vientre materno”.