Mientras Juan rebuscaba entre sus papeles, yo insistía en que con su palabra me bastaba. Aun así, para él no era suficiente, aquellos documentos eran la prueba fehaciente de que había vivido y luchado por este país.
combatiente
Nieto de mambí y de estirpe rebelde, Juan Antonio Olivera Hernández nunca imaginó que su vida estaría marcada de hechos trascendentales que cambiarían los destinos de la nación.