Fue asombroso ver a la orquesta de Oscar D’ León salir completa, con todos listos, instrumentos en mano ante una multitud que había llegado desde toda Cuba para no perderse el primer concierto del sonero venezolano en la cuna del Son, y algo más. Sería un privilegio ser testigo presencial, aunque toda Cuba lo vería, pues prácticamente había cadena nacional de radio y televisión.