Ale: Renacer con Sábados de gloria

Este matancero de nacimiento, proveniente específicamente de Jagüey Grande, confesó a la Agencia Cubana de Noticias que por su mente nunca pasó ser actor, pero la vida lo condujo a este mundo y hoy se siente satisfecho de lo que hace.
«Nunca me pasó por la cabeza actuar, yo quise hacer muchas cosas, arqueólogo, licenciado en cultura física; incluso fui deportista muchos años cuando estuve en el equipo nacional de deportes extremos y –precisamente- estando aquí apareció la actuación y ya tenía como 27 años».
El teatro, una escuela para Januel
Aunque no tuvo la oportunidad de cursar estudios en la Universidad de las Artes (ISA), después de presentarse en dos ocasiones y no aprobar, Januel decidió hacer teatro y ahí comenzó la trayectoria que sigue hasta hoy.
«Llego al grupo de aficionados Olga Alonso con el maestro Humberto Rodríguez, una persona maravillosa y que amo. Luego estuve en Berenjena Teatro con Anaisi, seguidamente pasé a la compañía Rita Montaner, con el maestro César, y finalmente me uno a Ludi teatro donde estoy hoy con mi maestro Miguel Abreu, a quien le agradezco muchísimo todo lo que he aprendido».
Después de actuar en Tras la Huella, participar en algunos videoclips y llegar a las novelas, Januel sigue escogiendo las tablas, pues ahí adquirió la experiencia profesional con que se desempeña actualmente.
“El teatro para mí ha sido una escuela que me ha abierto muchas puertas, puertas en las que siempre confíe, ya que soy un hombre de fe y el tiempo de Dios es perfecto. Todo llega en el momento exacto, y precisamente eso es lo que me motiva cada día, para recibir las oportunidades que se están presentando en mi vida”.
Un Ale que renació con Sábados de gloria
Para quien exhibe hoy sus 38 años, tanto Renacer como Sábados de gloria han sido parte de estas bendiciones que marcaron un antes y un después, en la existencia de un joven que va despuntando con el pie derecho, como se dice en el argot popular.
“Llego a la Televisión por uno que otro casting que me fui enterando y tuve la suerte de aprobar, mientras estaba en el rodaje de Renacer, supe que estaban haciendo uno para la siguiente novela y me presenté; ahí conocí a Tamara Castellanos y fui seleccionado para asumir a Alejandro».
Al preguntarle cuánto de Januel tiene Ale, expresó que mucho, ambos comparten los mismos sentimientos al buscar tranquilidad, paz, amor y tratar de ayudar a los demás sin interés alguno.
“Creo que más que los sentimientos Ale y Januel tienen en común lo espiritual, incluso en su historia personal. Alejandro se presentó en el ISA en dos ocasiones, y eso lo digo en una escena y así me sucedió en la vida real. La diferencia está en que Ale desistió y se puso a trabajar como bartender, en la cual encontró su vocación; y Januel siguió peleando hasta lograrlo, sin perder la fe jamás.
En Renacer el papel fue pequeño, pero en Sábados de gloria tuve mayor desempeño, creo que siempre hay como un personaje que te marca y parece que a través de Ale encontré el mío, ya que se me han abierto muchas puertas por la relación que tiene conmigo mismo. Yo diría que hay un 80 por ciento de Januel en Alejandro”.
Del bar de Omara al Piña Colada
Por la aceptación de su papel en el público, Januel fue invitado al XXII Festival Piña Colada, en el cual compartió con los avileños y se quedó con las mejores experiencias.
“Llego a ese evento porque la productora Giusette, primeramente, me avisa para una entrevista y luego me invita al festival, donde estuve disponible 100 por ciento, pues ya había escuchado sobre años anteriores y quise vivir la experiencia.
“Fue mi primera vez en esta provincia central, ya me habían comentado que el público local era muy cariñoso, pero creo que se quedaron cortos al describirlo, porque es maravilloso. Ciego es un pueblo muy bonito y yo creo que me enamoré de ese lugar”.
Más que dejar otro sabor en el “Piña Colada”, Januel vino a compartir con la gente y aunque durmió poco y trató de ocultar las ojeras detrás de sus gafas, se llevó el mejor el regalo de “Latir Avileño”, la cruzada cultural de este foro, que cada abril llega con nuevos artistas y actores a hogares maternos, de ancianos, niños sin amparo familiar; así como comunidades, centros estudiantiles, penitenciarios, productivos y de interés social.
Me atrevo a decir, que Januel se quedó con ganas de más Piña Colada, en cada recorrido demostró gran empatía con niños, estudiantes, embarazadas y reclusos con los cuales se tomó fotos, compartió vivencias personales, bailó, cantó y repartió alegría.
Curiosidades exclusivas de Januel detrás de cámara
Confiesa ser súper tímido, sin embargo, no lo transmite ni delante ni detrás de cámara, es un chico que se muestra seguro y con energía única, que atrapa al público que cada noche lo ve en Sábados de gloria.
“Creo que a veces tengo que montarme un pequeño personaje para poder interactuar con el público; desde niño me cuesta trabajo hasta preguntar una dirección, pero lo que he aprendido se lo debo al teatro, gracias a esto me siento mucho más seguro”.
Este joven y popular actor, prefiere que lo llamen Manolo, no por ser uno de sus nombres, sino porque así lo interpelaba un profesor en su etapa estudiantil.
“Algo bien interesante, resulta que en mi familia todos me dicen Manolo, incluso si no me llaman así pienso que me están regañando. Tuve un profesor en la secundaria que era muy amigo de un tío mío que se llama Manolo, y desde entonces siempre me nombró así y se me quedó ese apelativo de por vida”, comentó entre risas.
Además de actuar, Januel disfruta en su tiempo libre hacer ejercicios todos los días, menos los domingos que descansa, entrena artes marciales desde los ocho años y posee cinturón negro en karate.
Eternamente agradecido
Actualmente podemos encontrarlo en Ludi teatro, con dirección en calle I entre 9 y 11, donde los fines de semana ofrecen funciones: los viernes y sábado a las 7:00 p.m. y los domingos a las 5 p.m.
“Tengo mucho deseo de hacer cine, he hecho cositas bien pequeñas, pero me encantaría ir por más y sobre todo asumir un personaje negativo, algo que esté lejos de Manolo y lo saque de su zona de confort”.
Muchas ganas de comerse el mundo tiene hoy el famoso bartender de la novela cubana, quien a diferencia de Ale no pretende quedarse detrás de una barra.
Se encuentra agradecido de su personaje, pues como dice en varias ocasiones no se esconde para mostrar su fe y por eso si tuviera que usar una palabra para describirse a sí mismo sería: “Agradecido”.
“Si de algo estoy seguro en esta vida es de mi fe, es lo único que me mantiene vivo, por eso confío en el proceso, agradezco cada resultado y disfruto los planes que tiene Dios para mí, no me queda más que decir gracias, porque estoy eternamente agradecido”, concluyó.
- Cubasí