El simbolismo cultural del Moncada

“El Moncada no fue un suceso aislado, sino parte de la historia de rebeldía del pueblo durante la república neocolonial, de ahí que represente un momento trascendente de su cultura política”.Esta aseveración se basa en estudios realizados por la doctora en Ciencias Históricas, Mildred de la Torre Molina.

Se trata de reafirmar la continuidad histórica de la Revolución, ante elementos que pretenden desvirtuar los hechos y calificarlos como un acto voluntarista, como la acción de un grupo de hombres que decidieron comenzar una nueva etapa de lucha por la liberación, y no como resultado de una maduración del pensamiento independentista cubano.

Ante la avalancha de tergiversaciones de la historia Patria, la doctora insiste en la necesidad de entender la real dimensión de lo que es cultura, “esa que está en los hábitos, en las costumbres, en los sueños, en los asombros, en las esperanzas; esa cultura que nace desde el alma misma de la gente; de no ser así no se puede comprender la historia”.

Resalta que “los líderes no son entes aislados, figuras protagónicas de un pensamiento separado de las realidades, sino surgidos de la acumulación de verdades, de aconteceres, provenientes de las circunstancias mismas y no de la cabeza de la gente.

“Por mucha voluntad que tuviese un grupo de seres de asaltar el Moncada, de hacer la revolución en la Sierra Maestra o en el llano, esto es imposible sin una cultura de pueblo, un pensamiento de pueblo”, afirma en su investigación.

“Y este es un pueblo que piensa, no es solamente un pueblo soñador que actúa según la voluntad de un grupo de gente; este es un pueblo que a través de sus luchas ha hecho su propia historia”.

Sobre la cultura señala que no se debe apreciar con una visión estrecha, al limitarla solamente a la obra pictórica, la pieza musical o el baile, porque su trascendencia está en que se presenta como conducta humana.

“Se ha querido hacer ver en la lucha ideológica contra nuestra nación, que Cuba antes del 59 era una sociedad próspera, lo cual es cierto en algunos aspectos, dice la catedrática, había radio, televisión, cine, pero existía la explotación y la discriminación.”

Y esa conciencia social que se va imponiendo desde la emoción hasta el razonamiento solamente lo proporciona la cultura.

La doctora De la Torre apunta: “¿Dónde se formó el pensamiento de los hombres que asaltaron los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes? Pues, en esa misma república, cuyos valores no podemos negar, como tampoco decir que la verdadera cultura de este país nació en 1959, porque ya existía, y a partir del triunfo de la Revolución se masificó, amplió, universalizó y consolidó.

“Lo acontecido el 26 de julio de 1953 no debe verse como el asalto a unos cuarteles y la inmolación de una generación, sino como el grito de las ideas que quieren cambiar y transformar, mejorar, modificar la sociedad imperante.

“Los que fueron al Moncada, como los que combatieron en la Sierra Maestra o lucharon contra Batista y contra cuanto fue preciso, lo hicieron por amor a la vida, para salvarla, para emanciparla”.

Y en esas esencias se asienta la cultura de nuestro pueblo, símbolo de defensa de nuestra nación.