13 de septiembre de 2025

Radio 26 – Matanzas, Cuba

Emisora provincial de Matanzas, Cuba, La Radio de tu Corazón

La cultura en tiempos de precariedad, ¿problema o solución? (II)

En medio de un contexto hostil, la cultura cubana intenta imponerse. A pesar de los extensos e insufribles apagones, que también han golpeado durísimo la mayoría de los eventos planificados, la constante falta de recursos, la desafiante inflación con la caótica falta de efectivo, la emigración sostenida y prolongada que ha causado estragos tanto entre los artistas como en los públicos, y la casi inexistencia de transporte, entre otros muchos problemas, el arte lucha por sobrevivir.

Consulte además: https://www.cubahora.cu/cultura/la-cultura-en-penumbras-silencio-u-oportunidad-creativa

La cultura se niega a desaparecer y se mantiene como refugio de creatividad y resiliencia. La mayoría –sino todos- de los eventos, festivales, programaciones culturales han sido posibles a fuerza de esfuerzo y empuje.

Lo demostró la recién concluida etapa veraniega, durante la cual no pocos dolores de cabeza ocasionaron los cortes de fluido eléctrico, sin impedir que se realizaran las acciones previstas, siempre acudiendo al ingenio de quienes, desde esta Isla, han aprehendido a tener una carta debajo de la manga.

“Hacer talleres, la labor de nuestros instructores de arte, de nuestras casas de cultura. Las comunidades son el faro para irradiar cultura. Desde una conga, desde la presentación de Teatro de las Estaciones en un barrio, del Mirón Cubano, de la Banda de Conciertos, de la Camerata José White que fue a la Ciénaga y dio en Cayo Ramona un concierto didáctico para 150 personas, entre ellos 80 jóvenes, eso es como tú mides y gestionas la cultura y su impacto en estos tiempos”, sostiene Noslén González Sosa, Subdirector provincial de Cultura en Matanzas

No se trata de un acto de testarudez estéril o un capricho porque la creación y su socialización devienen necesidad y una expresión de fe para los artistas, quienes han buscado alternativas para no renunciar a lo que mueve y motiva sus días, a aquello que casi siempre les llena más el alma que el bolsillo.

Quitarles o frenar su capacidad creativa, unido a los desganos que empiezan a observarse en algunos casos, sería un tiro de gracia para sus carreras y catastrófico para la cultura.

“Si algo notado incluso en mí, no solo en la gente alrededor mío y la sociedad, es que a medida que la situación se pone difícil en cualquier sentido se empieza a perder la sensibilidad.

“Creo que lo que me ayuda a mantenerme conectado con todas estas emociones, con todos estos sentimientos precisamente es el arte, lo mismo si lo recibo que si aprecio el que hacen otros. Eso me ayuda a mantenerme vivo, alejado también de todos estos pensamientos y de todas estas cosas que nos dificultan el vivir con una sonrisa en la cara”, expresa  Carlos Daniel Hernández León, caricaturista, animador digital, artista audiovisual

“El arte, al menos como yo lo concibo, es eco y testimonio crítico y estético de la realidad y la realidad nos está propiciando un material complejo, trágico y difícil, por lo que es necesario ese diálogo, esa esencia vital del arte.

“Con teatros que no tienen función, con salas oscuras, con la carencia de electricidad, con la carencia de agua, con la falta de transporte, con la serie de aspectos que afectan la vida en todos los aspectos, el arte es uno más dentro de esas afectaciones que vulneran incluso los derechos del ser humano de tener relación con la creación artística”, explica Ulises Rodríguez Febles, dramaturgo, crítico teatral, escritor y director de la Casa de la Memoria Escénica.

La UNESCO defiende que los derechos culturales son inseparables de los derechos humanos básicos y demandan que toda persona debe tener la posibilidad de participar en la vida cultural que elija. En palabras del organismo, la cultura es un patrimonio común de la humanidad y su diversidad solo es viable cuando hay real pluralismo cultural y libertad de acceso.

El desequilibrio o la desaparición de la vida artística no solo afectan a los creadores; limita la imaginación colectiva y debilita el tejido social, dejando a la nación atrapada en mera supervivencia, sin espacio para el sueño y la renovación.

“El arte es fundamental para nuestras vidas, más que todo para el estrés. El ejemplo que te voy a poner es sencillo, todos vivimos los dos años y pico de la Covid. ¿Qué hubiese sido de nosotros sin una película, si no hubiésemos tenido música? ¿Cómo hubiésemos pasado la pandemia sin leer un libro?

“Lo que te quiero decir es que la cultura es la única medicina que tiene el ser humano, además, para adquirir conocimientos y poder librar cualquier tipo de problemática”, opina Isaac Delgado, vocalista, director de orquesta y compositor.

La cultura cubana no solo es música y baile; es identidad, orgullo, resistencia. Y cuando esta empieza a desaparecer, la sociedad comienza a perder parte de su alma. Pero esta resistencia cultural debe ser más que simbólica.

“La cultura no la va a apagar un apagón, ni la va a apagar ningún tiempo difícil porque mientras los creadores estén, mientras esté la labor de nuestras instituciones, mientras esté el respaldo de nuestras autoridades para seguir haciendo en medio de cualquier dificultad, lo que no se extinguirá es la fuerza interior para que la creación cultural siga viva”, agrega González Sosa.

En Matanzas, las instituciones encargadas de velar por los destinos de la cultura, y más aún, los artistas, no desfallecen ante el enorme de reto de hacer arte aunque sea a oscuras, aunque sea con mínimos recursos, y eso merece apoyo constante, visibilidad, políticas activas y reconocimiento.

La cultura no debe ser vista solo como una distracción, que también lo es, sino como una luz entre la oscuridad que nos circunda. Tal vez en ella encontremos nuestra tabla de salvación en medio de tanta impotencia, el bálsamo a nuestros dolores, la esperanza justa para seguir superviviendo.

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