Si no sabemos de dónde venimos, mucho menos sabremos hacia dónde vamos

Para muchos la historia está conformada por acontecimientos ya pasados, por hechos que no vivimos. Hay quienes le molestan que siempre estemos haciendo mención de lo transcurrido, o sea, del pasado.

Es cierto que en oportunidades abusamos de lo que pasó y nos olvidamos que la historia, ayer tuvo un presente, como la historia de mañana la estamos construyendo hoy, y si olvidamos eso nuestros sucesores no podrán perpetuar las vivencias con el mismo regocijo que lo hacemos nosotros en la actualidad.

Aprovechemos para escribir desde ahora una historia para que nuestros hijos y nietos se sientan satisfechos de nosotros. Para eso debemos centrarnos más en hacer, que en vivir de lo hecho por otras generaciones que supieron crear en su tiempo lo que les correspondió.

Por eso el pasado nos debe servir de guía, para sacar experiencias de lo que podemos hacer, y de los tropezones que no se pueden repetir, tanto logros como errores deben de estar en la mesa de las decisiones de este momento. Con frecuencia mencionamos lo alcanzado por generaciones pasadas y hacemos todo lo contrario, entonces de qué nos sirve esa experiencia.