Oda a la lluvia de junio
Cada gota que toca la superficie del agua, cada barco que se mece con la marea, nos recuerda la constante e incesante marcha del tiempo y la oportunidad de comenzar de nuevo.
Cuando las nubes de junio se despliegan sobre la bahía de Matanzas, no sólo traen lluvia, sino también una promesa de renovación. Cada gota que toca la superficie del agua, cada barco que se mece con la marea, nos recuerda la constante e incesante marcha del tiempo y la oportunidad de comenzar de nuevo.Los trece y catorce plantas, testigos silenciosos de los años 80 y 90, se visten con los colores de la bandera cubana, pintados no solo en sus fachadas sino también en el corazón de cada habitante. La lluvia, lejos de ser un obstáculo, es un lienzo que refleja la resiliencia y el espíritu vibrante de Cuba.
Así que cuando las lluvias de junio lleguen, que cada gota inspire a navegar con valentía hacia tus sueños, como los barcos en la bahía, y a construir, ladrillo a ladrillo, un futuro tan brillante y audaz como nuestra estrella solidaria en lo alto del edificio.
