18 de abril de 2024

Radio 26 – Matanzas, Cuba

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Reminiscencias de un teatro

Amo este lugar, forma parte de mi vida. Entre sus paredes están encerrados los recuerdos de tres generaciones familiares: los de mi madre, los míos propios y los de mi hijo. Sauto siempre fue el primer lugar del mundo adonde quise ir

Esta crónica fue escrita hace seis años, cuando el teatro estaba en reparación. Entonces impartía Dramaturgia de la Información a estudiantes de la Licenciatura en Periodismo, en la universidad matancera. Cada curso la última clase la dábamos en Sauto, con un recorrido de lujo guiado por el Conservador de la Ciudad, Leonel Pérez Orozco, y Kalec Acosta Hurtado, director del coliseo. Muchos de mis jóvenes alumnos nunca habían entrado al teatro. Se quedaban maravillados. Estas líneas pretendían calmar la nostalgia que me sobrecogía cada año cuando entrábamos a un teatro vacío, silencioso. Se publicó en estas páginas hace exactamente seis años. Fue Premio 26 de Julio, de la UPEC, el mismo año en que vio la luz.

Reminiscencias de un teatro

La primavera ya adorna la ciudad. Una fina lluvia cae por ratos y humedece las polvorientas calles matanceras. Donde había ciénaga hoy hay firmeza, cimentada por 514 pilotes de júcaro, cuyos espacios de separación se rellenaron con piedras enormes. Sobre esa solidez se levantó el templo.

 

Pasillo en la primera planta del inmueble. Se le conoce como Salón Verde, pero curiosamente nunca estuvo pintado de verde. Para la reapertura del teatro aquí estarán ubicadas las oficinas administrativas. La cooperativa que trabaja en el coliseo rescató el color original.
Actualmente oficina del director del teatro. En ella se atesora un original donado por el pintor Servando Cabrera Moreno. La pieza es una de las joyas de las artes plásticas cubana.
Salón de descanso para los artistas en los entreactos de los espectáculos. Desde el pasillo puede admirarse la bahía de Matanzas. Está ubicado en la zona oeste trasera, a la entrada del escenario.
Vista desde el escenario del Teatro Sauto. En la zona delantera se encuentra el foso de la orquesta. El foso no existía cuando se inauguró el inmueble. A medida que evolucionaron las obras teatrales requerían una orquesta que no ocupara espacio en el escenario. Por indicación de Manuel Duchesne Cuzán, en la reparación anterior se decidió hacer el foso de la orquesta. Para su realización se retiraron dos hileras de butacas.
Vista de las tramoyas con sus pesos incorporados para el manejo de las escenografías. Destaca en la imagen la madera que no permite que escape la voz y ayuda a conservar la acústica. Además, aparecen algunos de los camerinos del ala derecha y los pasillos encima del escenario para tramoyistas.
Otra vista desde el escenario. La estructura interior de Sauto es comparada con una caja de música. Funciona como una caja de resonancia. Más del 74 por ciento del inmueble está conformado de madera. Ello permite que se transmita el sonido. Sauto es mundialmente conocido por su excelente acústica. Importante resaltar que D´Allaglio confeccionó los planos en dos meses.
El arquitecto, pintor y escenógrafo italiano Daniel Dall´Aglio pintó sobre el techo enyesado en forma de bóveda del coliseo matancero las hermosas musas de la mitología griega y lo hizo con una simetría total. El coliseo tiene una simetría bilateral perfecta, de tal modo que una persona de pie frente al escenario descubrirá que todo lo que tiene a su derecha corresponde a números pares y, claro está, lo de la izquierda a impares. En ese caso están las lunetas, los palcos, los grillés y los camerinos. Reitero, la simetría es perfecta: todo lo que existe a un lado, se repite en el otro. Tanta fue la simetría que en vez de poner nueve musas en el techo cóncavo del teatro, el diseñador ubicó ocho nada más, cuatro a cada lado. Existen varias teorías que se apoyan en las gacetillas de la prensa de la época, pero conocedores como Raúl Toboso aseguran que no existen nueve trapezoides por la colocación de las ocho lámparas alrededor de la araña central, aunque algunos especialistas coinciden en que en un trapezoide habían dos musas. Y algo curioso: sobre la cubierta abovedada existen los mecanismos que facilitan el descenso de la araña -lámpara central- y de las ocho medio cocuyeras –lámparas más pequeñas, ubicadas alrededor de la central-, hasta el alcance de la mano del hombre. Dos veces al año especialistas del coliseo realizan la operación para limpiarlas, sustituir bombillos incandescentes o asegurar algún componente.
Pasillo conocido como pasos de gato que en la presente restauración fueron rescatados, en gran medida, con la madera original. Los pasos de gato son el tránsito por donde caminan los trabajadores del coliseo durante los espectáculos. Los escenógrafos y tramoyistas tenían la tradición de pegar en este pasillo los programas de las funciones y los calendarios. Característica que aún se conserva.
Vista general del interior del inmueble. En los siglos XIX e inicios del XX, de acuerdo con las diferencias de clases sociales, el público era dividido: en los dos primeros pisos se encuentran los palcos destinados a las familias adineradas; en el tercero la tertulia, para los mestizos y en el último la “cazuela” para la clase más pobre. Para la reapertura del teatro están previstas casi 800 capacidades para los espectadores.
Las 347 lunetas originales del coliseo matancero se fundieron en Nueva York en 1854. De esas sólo se conservan de 15 a 20. Antiguamente el espacio lo conformaban hileras de diez butacas; para preservar el mecanismo de subir la platea se ubicarán hileras de solo seis. Así será más cómoda su transportación para realizar bailes en el salón de la platea.
Detalle de las puertas para mantener rasgos neoclásicos. Actual restauración a cargo de la cooperativa no agropecuaria Matiz.
Detalle de uno de los soportes del palco..
Vista delantera del escenario. Puede apreciarse el telón de boca, reconocido por su color rojo. En Sauto actuaron notables conjuntos y estrellas del arte, tanto nacional como foráneo, entre ellos figuran: José White, Miguel Failde, Gonzalo Roig, Ernesto Lecuona, Rita Montaner, Alicia Alonso, entre otros; y Anna Pávlova, Teresa Carreño, Andrés Segovia, Libertad Lamarque, entre los extranjeros.
Vista de la “cazuela” desde donde se ve una de las musas. En 1967 se realiza la primera restauración capital dirigida por Daniel Taboada, Premio Nacional de Arquitectura, en esas acciones los frescos fueron rescatados por Ángel Bello.
Lobby del Teatro Sauto. En la actual restauración se aprecia el cuidado de las lámparas y del piso de mármol al sustituir algunas baldosas dañadas. En el salón de la entrada se mantienen los espejos originales. El piso del lobby del teatro es de mármol de Carrara, de Italia. Se encuentra en su última fase: pulirlo con cera. A la izquierda se observa el Salón de la Fama, porque en él se exponen las fotos de las grandes figuras que actuaron y se presentaron en el teatro.

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