5 de diciembre de 2025

Radio 26 – Matanzas, Cuba

Emisora provincial de Matanzas, Cuba, La Radio de tu Corazón

Cáncer bucal: una batalla silenciosa desde América Latina

La jornada desborda el frío marco estadístico para conminar a la población a adoptar una vigilancia activa: la práctica del autoexamen regular y el escrutinio de signos tempranos, como lesiones persistentes o cualquier alteración de la mucosa oral

Cada 5 de diciembre la atención de la Patria Grande se focaliza sobre una crisis silenciosa en la salud pública: el cáncer bucal. Consagrada por la Federación Odontológica Latinoamericana en tributo al magisterio del doctor cubano Julio Santana Garay, esta fecha ha trascendido la mera efeméride para convertirse en una convocatoria continental a la movilización.

Su esencia radica en la imperiosa necesidad de reconocer la salud bucodental, no como un aspecto secundario, sino como el pórtico ineludible de la integridad biológica.

La enfermedad, que puede manifestarse en labios, lengua, encías y faringe, plantea un desafío de gran envergadura para los sistemas de Salud: su avance silencioso y asintomático. Esta condición convierte la detección temprana en una auténtica carrera contra el tiempo, indispensable para reducir la mortalidad asociada.

El perfil epidemiológico del cáncer bucal se encuentra estrechamente vinculado a factores de riesgo muy arraigados en la cultura regional: el consumo habitual de tabaco y alcohol, la exposición prolongada al sol y las deficiencias nutricionales persistentes.

Aunque la incidencia se concentra mayormente en hombres y personas de edad avanzada, su origen refleja con nitidez las prácticas y condiciones de vida que atraviesan cotidianamente millones de latinoamericanos.

La jornada desborda el frío marco estadístico para conminar a la población a adoptar una vigilancia activa: la práctica del autoexamen regular y el escrutinio de signos tempranos, como lesiones persistentes o cualquier alteración de la mucosa oral. De este modo, la salud bucal, históricamente en la penumbra de las prioridades, reclama su estatura de componente estratégico de la salud general.

La fecha opera, en rigor, como una bisagra crítica entre el saber científico y la acción cívica. El tributo permanente al doctor Santana Garay confiere a esta conmemoración una profunda resonancia ética e histórica. Su cruzada incansable por arrancar el cáncer bucal del oscurantismo lo erigió en un faro para la prevención en el hemisferio.

Evocar su memoria es asumir que la confrontación contra esta neoplasia no se dirime únicamente en el quirófano o el gabinete clínico, sino que se conquista, primordialmente, en la esfera de la conciencia colectiva y en la capacidad de las naciones para abrazar la prevención como un imperativo moral compartido.

En la mayor de las Antillas, donde la oncología persiste como una de las principales causas de óbito, la jornada reviste una solemnidad particular. Las campañas gubernamentales se materializan en pesquisajes gratuitos, movilizaciones comunitarias y programas de educación sanitaria diseñados para fortificar la cultura de la prevención.

Cada consulta de control, cada charla de barrio es, a un mismo tiempo, un acto de salvaguarda de la vida individual y una contribución al robustecimiento del entramado sanitario nacional.

En una geografía asolada por profundas disparidades sociales, esta fecha enfatiza que la salud es un derecho irrenunciable y que la prevención, la inversión en investigación y la solidaridad activa son los instrumentos más afilados contra un flagelo que desconoce fronteras.

El 5 de diciembre no es un simple recordatorio, es una consigna inaplazable para trascender la mera sensibilización y materializar la acción resolutiva entre todos.

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